domingo, 8 de diciembre de 2013

Un extraño amor.

Con la mirada perdida, y los sueños por las rodillas, llegará el día donde ansiarás todo cuanto tenías. Y todo, por eso de no querer alegrar la vida.

Hace mucho que no eres mía; que decidiste aferrarte a la melancolía, a eso que dijiste que nunca volvería. Y aún recuerdo lo guapa que estabas cuando te reías...
Te tengo presente, además, siempre estás en mi mente; parecías tan fuerte... Pero ahora rozas lo demente.
Y con toda la confianza me confiesas que te dejaste vencer ante la muerte, que ahora vives en un pasaje donde todo te viene de frente, y luchas, más por lo que diga la gente, que por cuidar tu endeble.

Y a la deriva, con golpes entre las costillas, me gritaste todo cuando antes me decías: eso de que tenías un sueño, y con empeño, lograrías vencerlo. La felicidad, la bondad, nada te quedaba ya, solo un algo por lo que querías luchar.
Y con armas de las malas, atacaste todo cuanto te quedaba; más heridas ganabas, que guerras conquistadas. Tus narices sangraban, al igual que tu cuerpo, mientras que tu corazón lloraba, pero tus ojos no, no me decían nada. Solo quedaba furia en tu mirada.
Odiando la vida, más tus sueños a la deriva, decidiste aclararme que nunca más serías mía. Y eso que yo tanto te quería...
Rajaste tus heridas, dejando correr a la sangre para nada fría, y enfriándote tu cuerpo te abrazaste a lo poco que ya tenías, mientras, sentías como te morías, sin pensar en que esto sería como una despedida. No, no era más que el abandono de la mala vida. Así que sonreistes, odiabas las horas tristes. Tarareaste lentamente, la canción que un día me cantaste. Ya, sin voz, sin amor, poco a poco se fue parando tu corazón, cesando sus lágrimas, ahora, en tus ojos, volvían, por dios. Y eso que hacía tanto que no te veía yo...
No temías a la muerte, eso es algo que tengo presente, pero supongo que te creías más fuerte. Después de tanto odio ante la gente, rompías a llorar, al encontrar al final. Incluso nostalgia invadía tu manera de pensar...
Por eso me colé dentro de tu mente, ya que sé que siempre me tienes presente, hice que arrancaras tu corazón, que mucho mal te dio, y lo dejé en un rincón.
Tu cuerpo sin vida, cayó de rodillas, y vaya, aún pálida preciosa me parecías. Entonces aparecí por allí, estuve en todo momento observando tu fin. Y, agarrando tu órgano vital, decidí abrazarlo, ya estaba calmado, ni le sentía temblar. Lo comencé a besar; sangre en mis labios, amarga de verdad. Ojalá hubiera podido confesarte cuando mundo te quería enseñar. Así que tomé tu bello cuerpo, ya cuerdo, y me lo comí a besos. Besos dulces de esos que solo te daba en mis sueños. Esta era la despedida, y también el abandono de mi vida.


jueves, 24 de octubre de 2013

Hace mucho que no sé de ti. Supongo que será porque así el destino lo ha querido, y tu realmente necesitabas tiempo; si es así,  supongo que lo comprendo. Pero noto que ya todo es algo incierto: hace mucho que no sabes de mi, de si acaso aún me preocupo por ti. Esa necesidad que tienen los amigos de cuidar del uno al otro. Por ello, he venido a buscarte; he estado mucho tiempo pensando si debería hacerlo y esperando a que volvieras. Pero, al ver que mis ilusiones iban a ser inciertas, decidí tomar la determinación de venir a molestarte un poco. Es lógico, que tras tanto tiempo y experiencias me pregunte qué es de ti llámalo casualidad, cariño, o de la manera que a ti más te guste. Así que solo vengo a preguntarte cómo estás, aunque es cierto que podrías ignorarme, Si es así, podré sobreentender que tu estancia a mi lado no es cómoda. Pero me gustaría una respuesta, saber como te va la vida. Es algo que solo tu podrías decirme, y considero que tenemos la confianza suficiente como para abarcar este tema, que parece que se ha dejado de lado, abandonado.
Aunque parezca una estupidez, el caso es que este tema ni siquiera es mío; pero cierto es que hasta en la guerra salen todos perjudicados. Por eso, me gustaría intentar ver como está esa tregua de paz. Si no existe, también debería saberlo, pues de nada me vale ansiar un momento ficticio. La verdad está entre tus manos, y solo tu puedes descubrirla. Espero que aceptes mi confianza y mis palabras para decir algo coherente; si es así, volveré a apreciarte, pero deberías evitar limitarte a dañarte. Pues con tu ausencia, y la falta de presencia lo único que haces es nublar las transparencias.

Y aún así, no sé si quiero saber de ti o si esto deberíamos dejarlo así. Hace mucho que afronte que ya ni formabas parte de mi, el cariño se esfuma, el tiempo hace que se consuma. Y es cierto, pues ya no necesito de tu voz, ni de tus abrazos para que todo tenga lazos. Pero en parte, viene la añoranza de tu parte cuando no estás en mis partes. Por lo que no sé si debería vengarte; hacer que dejes todo y vuelvas a mi alcance, o al contrario alabarte y permitirte que me abandones aquí delante.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Me encanta recordarte cuanto siento por ti:

Te quiero aún más que la acción del verbo querer, aunque no te pueda ver.
Te conservo en mis sueños, y al despertar reviento, recordando a los kilómetros que te tengo. Pero pronto recuerdo lo bien que se estaba a centímetros de tu cuerpo.
Esa sonrisa, esa forma de acariciarme sin prisas, de burlarte de mi risa. Como me llenabas de vida, cuantísimas idioteces me ofrecías, cada día más te quería. A besos recorría, todo tu cuerpo y compañía, con cariño repartía secretos que acabarían en tus encías, al silenciarme de esa manera que solo tú sabrías.

A palabras tu oído agobiaba, románticas confesiones que no le sobraban. A abrazos enredaba tu cuerpo, entre mis brazos y más adentro, con dulzura por supuesto. Y te amaba y adoraba, incluso cuando soñabas, que hay que ver que guapo estabas. Y te cuidaba y mimaba, que nunca el mal se posara en tu cuartada; te secuestraba y encarcelaba en mi cuerpo, que poco descontento... Y pensar incluso a veces que no podía ser cierto, que eres demasiado perfecto. Tenerte entonces en aquel momento, mirándome fijamente, sonrisas presentes, un nosotros unicamente. Tú que me haces tan fuerte.




A centímetros pude tenerte, y admito que quiero volver a verte; solo es cuestión de suerte. Ahora, deberé de asumir el hecho de quererte, de poder convivir mientras duermes, y de algún día poder retenerte. Ahora, habrá que ser valiente, para pronto escondernos de los temores e ir a contracorriente. Para pronto ir a un futuro donde no sueñe con volver a verte: seas lo primero que vea tras soñar constantemente.

domingo, 25 de agosto de 2013

Me estoy perdiendo entre tus caricias, y es que vicias, cosa que me desquicia. Me estoy acostumbrando a tus besos, quiero de esos poco cuerdos. Quiero tenerte de nuevo. Y lo siento, es cierto; dependo de ti para que continue este cuento. Me he acostumbrado a tu aliento, a construir con cimientos, no con lamentos; a que por fin todo sea cierto. Te tengo, y estoy cuerdo; llego el momento. Ese tan esperado que tanto habia soñado y jamas quiero dejar de lado. Ese que me negaba el pasado, futuro ha iluminado todo lo que me has dado. Y aqui estas, a unos centimetros de mi, y antes a kilometros y cerca te sentiré hasta el fin; ya que me da igual lo que me digan de ti, te conozco y se que tienes maravillas para mi. Esa sonrisa, que corre sin prisas cuando te acarician, esa risa que me eriza. Todo lo tuyo hace que danze en este baile andante. Por fin te tengo, y es que reviento al saber cuanto en ti pretendo. Y es que reviento al ver que es cierto; que daria todo ppr uno de tus besos, que mataría por que sonrías. Y pensar que hace tiempo por ti escribía, como una simple ilusion diria, y ahoda, cuantos recuerdos para plasmar encontrare en mis horas frias. Recuerda siempre la palabra mia, porque aunque este lejos de tu compañia prometo cumplirla cada día, hasta que al fin teconviertas en mi dia a dia. Que suerte tengo de que estes en mi vida...

domingo, 11 de agosto de 2013

Cada uno tiene una forma de vivir.

Hace tiempo decidí no tener miedo, ir a todo lo que puedo y adentrarme en el desenfreno. Hace tiempo que perdí el sendero, y así, mi vida perdí, pero fingí. Hace tiempo que me olvide de mi; de mi mala forma de sentir, de que todo tendría siempre un fin. Hace tiempo que decidí mentir, a mi, no a ti, sobre lo malo que tengo aquí.

Olvidándome de las astillas y de los cortes por las costillas, me olvide de la sangre fría, y sin recordar que te quería supuse que mi meta cumpliría. Y viví así, sin nada que sentir, sin nadie por quien vivir. En una verdad que yo solo creí, donde la Soledad se convirtio en mi amante, apasionante, cuanto mal supo darme. Con su agarre intente pensar que encontraría el verdadero calme, donde la ignorancia es el paraíso fuera de la nostalgia. Y creyendome mi nueva forma de vida, olvide eso de que era mia, olvide incluso que existía. Como vivir en la muerte, que danzas y no sientes, felicidad, ni maldad, dame un instante más para recordar lo que era imaginar. No pensar, como ni respirar, una rutina que pocos querrían probar. Ni bueno ni malo, con la felicidad a un lado, decidí dejar el pasado olvidado. Todo en una tumba, cerrado, incluso mi cuerpo anclado. Y ya ni lloraba ni sentía, ni reía ni habían horas frías; solo horas sin tu compania.

La locura a mi atada, con la cordura condenada, decidió aparecer en mi cuartada, cuando todo parecía que se acababa, cuando ya no había nada que me machacara. Y aparecio así, en mi, una persona con su manera de vivir. Y apareció por aquí, mostrandome lo que era sentir, aquello que había olvidado, y que tanto antes me había danado. Mostrandome un paraíso, me agarro de la mano, me prometió no dejarme a un lado. Y a mi que tantos me habían dejado... Pero me tomo, agarró, comenzó una nueva canción, no me solto.
Danzamos con la muerte, con eso que aunque pareciera que no siempre tuve presente, y poco a poco me fui haciendo fuerte. Aprendí a vivir sin quererme, y dar todo lo que tengo por verle, incluso a no tenerle. Aprendí a sobrevivir, para poder vivir al fin, en el paraíso que me prometio cuando le conocí.
Pero vaya lástima de que esto sea así, y la poca cordura que me habita siempre me busque un fin; no hay finales felices a pesar de lo que dices, eso de comieron perdices no se oye en días tristes.
Y decidí rendirme, un día e irme, pero algo me mantuvo firme; era su mano, que no recordaba que nunca se habia ido a mi absurdo pasado. Eran sus caricias, que me enredaban y no dejaban. Era la fuerza que me faltaba.

Y ahora estoy aquí, todavía presa pero en fin. No se supone que el amor sea como una condena, pero quiero que sea así de veras, como siempre, quiero vivir a mi manera, de la manera en la que pueda, para sonreír de veras.

miércoles, 3 de julio de 2013

Todo ha sido un sueño.

Sus melenas revueltas, a la vista parece contenta, despeinada, despreocupada, camina alzada, como si acaso nada le parara. Y sus pies, bailan por doquier, caminan sin querer, avanzando aunque la salida no se pueda ver. Mientras, su pelo ondeaba el viento olvidándose de sus cuartadas. Mientras, la soledad le acompañaba, al no tener a nadie que le agarrara.
Con paso lento, atento, como si el tiempo estuviera muerto, ese esqueleto de huesos cubiertos avanzaba entre su silencioso lamento. No se veía la clavícula, ni las caderas, ni tantos fallos y contreras, no se apreciaba sus costillas, que eran iguales que las astillas cuando su cuerpo reposaba en una superficie fría, ni sabía la existencia de ese alma caída, vendida después de todo lo que venía.

Entre dos barras de hierro camina, y vaya, no se lastima, aunque debería caerse entre las malas pesadillas. Con una sonrisa precisa finge, insiste, no existen las horas tristes, a pesar de que pronto solo se verán las cicatrices: esas allí, aquí, en su piel que ya ni sabe lucir. Esas que ocurrieron por querer dejar de existir, esas que se apoderaron de su forma de vivir.
Princesa demente, con cosas pendientes, que caminas entre la gente, te observa, vaya pena, de veras. Pero tu como si no existieran, mirada al suelo, sueños callejeros, escondiéndote en los agujeros, como si fuera todo lo que espero. Aunque en realidad espero que no acabe tu juego.

Y como tu sabes bien que mientes, y yo lo tengo presente, decidí finalizar tu baile en ese ambiente. Te agarré, te hice ver que eso no estaba bien, y entre mis brazos te acurruqué. Las lágrimas saladas, en presencia de todo lo que te faltaba. Las alas rasgadas, ya nunca más podrás sentirte amada. Pero no todo esto marca un acaba; si no el inicio a algo que bien faltaba. Con besos, suaves de esos, iniciamos un nuevo cuento, donde las malas veladas pasadas, se queden olvidadas. Posando los labios en tu frente, borro todos tus recuerdos y pensamientos dementes, y entonces ya ni sientes. Te desmayas, como si acaso hubiera ganado la muerte. Tu cabello ya ni se mueve, hago yo misma que se eleve, al acariciarlo de forma breve. Y como una campeona, te despiertas y me cuentas, que una gran pesadilla abarcó tu renta. Desvaneciendo todos los espejos para que no te veas el reflejo y vuelvas a temer a eso que solo tu ves cierto, te prometo que solo ha sido un sueño, y pronto, toca la hora del comienzo: tomar el alimento.

viernes, 28 de junio de 2013

La cuenta atrás se ha parado.

Siempre he querido crecer, pero ahora que lo he conseguido, no hago más que retroceder. Que venga la infancia, quiero la revancha. Que venga la inocencia, odio vivir en la transparencia. Que se aleje la realidad, quiero mi mundo de idealidad, de fantasías y de demás. Que se aleje mi nueva forma de pensar; olvidar el prosperar, solo pensar en jugar, en ganas de más. 
Por mucho que crezca, sabrás, que siempre Peter Pan me vendrá a buscar, y alguna que otra locura me delatará, pero temo que ya no me quede tiempo ni para llorar.
Llorar de por vida en mis muertes repentinas que siempre me quito la vida. Llorar de por vida, por no tener compañía; ya no tengo tiempo para pensar en que me dirías.

Y quizás es lógico, el tiempo pasa, avanza y yo descalza. Y yo esperando, estando en ese momento tanto amado, ahora poco deseado. 
Los años traen daños, y yo aquí aguantando, con todos esos besos que darnos. El tiempo trae engaños, y nosotros aquí con tanto que contarnos.

El pasado me hace daño, pues rechazado ha sido y se ha quedado, el presente es poco deseado, y vaya futuro, temido, escondido, no aguantado. No aguanto el olvidar ese lado; el lado tierno de la vida, donde no hay astillas, y siempre sonrías. El lado tierno del destino, donde todo vino, y tu eras el capitán del castillo; donde las princesas encantadas cantaban, y los sueños se acumulaban. Donde pensabas: ¡siendo mayor tendré todo cuanto esperaba! Y ahora te das cuenta que a la mínima nada monada.
A la mínima se acaba tu cuartada.

sábado, 22 de junio de 2013

Ya no existe mi partida.

No hay salida, ni siquiera entiendo el por qué estoy viva, cuando recuerdo todo lo que repetías, los gritos que sentías. Estoy presa en un lugar sin melodías, donde las lágrimas adoran mis horas frías. Y siento miedo, al verte, reviento, vaya descontento. Y me muero en el infierno, el cielo es para los que están cuerdos. Y tan solo me siento huyendo, abandonando todo cuanto tengo, adentrándome donde solo existen los muertos. Enredada en un mal cuento, la sangre cayendo, el fin de la novela está viniendo. Y aunque no lo quieras, es cierto, la sentencia de esta esencia esta dispuesta, las poesías sedientas, arrancan de arterias almas muertas.

Arrastras como cargas, esa risa que ya no salga, esa sonrisa desesperada, lágrimas dibujadas; y rasguños profundos,  malos días diurnos,  pesadillas con fronteras, ganas de cortarse las venas.
El viento corre sin esperas, la vida te aturde de veras, la muerte te espera. Y con la palabra venganza, tratas de romper todo lo que se atraganta, y con la palabra venganza, silencias todo cuando baila. Y te quedas ahí, sin ti, sin mi, sin vida por vivir. Y te quedas ahí, donde ya la partida no podrá resurgir.

Pecado a ti anclado, ahora demonio te has transformado; has mostrado tus cicatrices, horas tristes, y en cambio nada te recibes. Has gritado, llorado, lamentado, pero los ángeles por mucho que te quieran te dejaron en pasado; mejor dicho, tu los dejaste de lado. Y todo es tu culpa, repito, insisto, aunque luego yo misma diga que solo es un mito: tu misma has acabado envuelta en este rito. Rito sin salidas, que giras y no respiras. Rito donde el dolor es tu compañía, amante, en esta vida danzante. Rito donde ya todo es constante; donde la oscuridad siempre estará a mi alcance, donde jamás volverás a tener el calme.

Y nadaras eternamente en la muerte, entre todas aquellas lágrimas que vierte, entre la sangre que despierte. Y te hundirás por tu suerte, mala gente, y acabarás por perderte, por ni siquiera perdurar en la mente.



Y tu que te creías tan fuerte...

viernes, 21 de junio de 2013

Prométeme que lucharás por mi.

Algunos me llaman mía, y pocos saben a lo que me refiero cuando menciono que ella siempre está en mi compañía. Pero debería de olvidar esas horas frías, prosperar y no recordar eso que tanto me decía. Puede que siempre pasen las horas frías, y que la vida acabe en este trance en el cual no me siento viva, pero debería replantearme el hecho de que esto acabe sin un volvería.
Hace mucho que estoy metida, en esto de la sangre fría, en esto de no acordarme de que rías. En esto de ser una persona sin compañía, que cuando se observa al espejo, ve todo lo que se diría. No soy perfecta, es más, nunca voy en linea recta, y el espejo me confiesa verdades que me atormentan. Pero debería de dejar de tomar la cuenta, y contar como engaños todo lo que algunos dicen que se inventan. "Vive el carpe diem", "joven por siempre" me atormentan muchos al susurrármelo a mi mente. ¿Acaso es tan fácil ser adolescente? Pues si es así menuda estafa de presente...
Sé que quizás soy yo quien se jode el instante, estando tan distante, confiando en el desastre. Sé que quizás solo soy un traste, y que las verdades que me muestran están a mi alcance, pero tal vez esto solo sea una mala época donde no conozco al calme; quizás, ponto me arrepienta, esto revienta...

Y desastre de mi vida, con huesos en las costillas, marcas de las maravillas. Desastre de esperanza que solo me trae la palabra venganza; desastre de destino que me jode todo cuanto vivo. Marcas de cuando nos decíamos cuanto nos quisimos, daños del desvío de eso por lo que seguía contigo. Pero sigo aquí, aunque no lo parezca, danzando sin tener por qué vivir. Pero sigo aquí, cuando la sangre vierte por vertir, cuando vivo por seguir.

Quizás debería rendirme y afrontar el sufrir, pero cierto es que sé que no es lo que esperas de mi; no es lo que desearías que hiciera por mi. Por mi, acabaría con todo el existir y le diría adiós a eso de fingir; pero crees que soy valiente, lo tengo presente, y que dependes de mi para ser fuerte. Por ello, aunque los huesos se me quiebren, venceré hasta que acabe en la muerte.

Y si me muero, que no te vengan los celos y ve a mi entierro. Y si me entierran, demuestra todo cuando venga, recuerda que intente quedarme cuerda. Y si me pierdes, no te pierdas, tenlo en cuenta. Pues estaré observándote por si no te acuerdas, pues estaré cuidándote cuando no estés despierta; ya que sé que tu podrías vencer todo cuanto venga, y vengar todo lo que me atormenta.


Te lo suplico, hazlo por mi. Demuestra que no existe el sufrir, que es tan solo algo que dicen por decir. Demuestra que la adolescencia es una buena etapa por vivir, y que el sol siempre se mantiene por aquí.
Demuestralo, si puedes, pues sé que no quieres, por mi.
Y vive todo cuanto a mi me hubiera gustado vivir, aquí, junto a ti.

El baile contra la muerte.

Las agujas del reloj avanzan, como si acaso estuvieran en una danza. Van rápido, alocadas, no se les ve cansadas. Y yo que hace tanto que dejé esta melodía apagada...
En cambio, cada día la vida me trae una nueva cuartada; un nuevo baile, la fiesta constante no acaba. Sé que no me gusta todo cuanto me depara, pero he de pensar que no es todo tan malo lo que me ampara, y que algún día, llegará ese baile que tanto practicaba; cuando el tiempo avance, y no sienta las horas constantes, cuando por fin el calme me cure los instantes. Cuando al fin conozca la coreografía sin fallarme, y las miradas no me recuerden lo lejos que está a mi alcance el hecho de dejar de ser cobarde.

Tengo momentos donde creo que sé mantener el baile, instantes donde me convierto en la protagonista de este trance; aunque todo suele fastidiarse, y el ritmo no quiere pararse. Menos esta vida, que avanza y alcanza, momentos que de verdad provocan añoranza. Menos este reloj; páramelo y haz que esta sea mi última canción, que la muerte sea dulce y de buen sabor.
Pero sé que ese momento no ha llegado, los ángeles del pasado han venido para recordarme que ese momento debería de ser lejano; los ángeles que tanto amor me han dado, y me han guiado, como olvidar sus palos...

En mi vida, he conocido a muchos ángeles; algunos solos me han dejado, otros, mi corazón han cautivado, en cambio, algunos de ellos me han corregido malos pasos que he dado. Y ahora, en esta danza que para nada se ma alcanza, más de uno me acompaña, agarrándome cuando un paso se me atraganta.
Ahora, quiero hablar de un héroe anónimo, que sin saberlo, tantas veces me ha girado, y ha convertido en bueno momentos malos. Ahora, quiero confesar que se puede salir del pecado, y que a veces, el esfuerzo no es en vano. 
Hablo de esa sonrisa, que me balancea con sus risas, y su forma de afrontar las malas caricias. Hablo de un amigo, más que amigo hermano, más que hermano, acompañante de esta vida desde el pasado. Hablo de alguien que me ha llenado, con sus cariños, cada uno de sus guiños.
Tengo miles de malas actuaciones, caídas por los salones, pero ante todo, él me levantó mientras que resonaban esas canciones. Malas canciones, que para nada me han traído flores, en realidad, malas situaciones.
Pero en mi baile constante contra la muerte, sus manos me llenaron de suerte. Pero en mi baile constante contra el destino, gracias a que él vino, supe superar eso de que debo seguir vivo.


Y bueno, sé que siempre le he tenido a mi lado;  a pesar de que en el pasado quería bailar sin nadie en mi estado. Pero ahora que he madurado, y he comprendido que es el cariño quien no conoce el mal ritmo, admito que le quiero siempre aquí conmigo. 
Entre sus brazos he formado grandes lazos, y aunque el futuro aún no esté formado ni con simples trazos, le adelanto que todo perdería el encanto si me dejaras en el llanto.



Y mientras que  estéis a mi lado, seguiré danzando. Mientras que no me dejeis sola con todo lo malo que me han dado, lucharé y acabaré con todo el pasado. Mientras que ángeles impulsen mis pasos, me olvidaré de todo lo que me han dado; y al fin venceré a la muerte, demostraré que le tenía cuentas pendientes, seré más fuerte, y conoceré lo que es poder ir a corriente, abandonaré el miedo, y podré decir que no te echo de menos. Y podré admirar que el tiempo es algo bueno...
Podré darte todos los besos que te debo.

Confesiones.

Vivo en el presente, aunque el pasado no quiera escabullirse de mi mente y el futuro cada vez se adentre más en la muerte. Vivo en el presente, donde el pasado está pasado, y el futuro debería de ser lejano. Vivo en el presente, aunque este en realidad no se queda a mi anclado.

No sé que decir, cuanto hacía que no te veía por aquí, y si en un futuro estarás en mi sentir, pero he de confesar que en este presente, tu reencuentro me impulsó las fuerzas para vivir. Vivir, en esta vida repentina, donde solo buscaba una salida. Vivir, con todas las horas frías, arañándome las costillas. Vivir así, sin nada por lo que existir, buscando una razón para ser feliz. Pero en este mal presente, volviste no solo a mi mente; y, aunque necesitara del calor de tus brazos, y pocos besos me hallas dado, has callado a lo ocurrido en el pasado. Por ello pasado, debe de quedar olvidado, donde tu cariño ni era en vano. Sé que me soltaste la mano: y el abismo vino a mi, juro que fue así. Sé que mucho hice por ti, y en cambio, malas promesas obtuve al fin; pero también sé que como siempre cuidaste de mi. Es lo que has intentado, por ello te fuiste de mi lado, aunque vaya sentimiento me has dejado. Sé que solo querías que creciera y siguiera: pero te he fallado, reconozco, aunque eso llegue al enojo. No quiero seguir así, pero supongo que es lo que me toca vivir: lo que yo misma decidí elegir.
Y aunque tu hayas vuelto aquí, sé que muy pronto te volverás a ir, supongo que el destino lo quiere así.


Ya que nunca seré demasiado buena para conseguir todo lo que deseo al sentir; menos para tener un ángel que me guíe por mi, cuando las puertas del infierno ya tienen sentencia en búsqueda de mi fin.

viernes, 31 de mayo de 2013

Debo ser sincera.

Echo en falta tu cariño, amor, comprensión; el que me acogieras en tu corazón. Echo de menos eso que me dejó; y es cierto, ya no estás, me dejaste sola entre mi dolor, mi mala suerte, mi por favor. Me dejaste aquí, y te fuiste de mi existir, cuando tanto eras para mi. Y yo que llegué incluso a escribir por ti... Y yo que incluso pensé que siempre estarías en mi. Que tanto prometí, maravillas no te escondí, cicatrices abrí. Y exploraste dentro de mi, todo lo que tuve que sentir. Y desgarraste hasta acabar al fin, pesadillas, monstruos, alegrías, mi vida.

Eras mi amigo, y todo cuanto tenías. Más que amigo hermano, ángel solía llamarte en antaño. Y de todo te reduciste a la nada, me dejaste sola, monada. Me dejaste sin esos brazos que me aclaraban, sin ese cariño que aunque escaso me llenaba, sin esas opiniones que a veces me amargaban.
Me arrebataste más que una sonrisa, y ahora pretendes que cuando te mire, no sienta ganas de llorar con prisas, cuando el reloj de la vida nos separa de veras, cuando tu ignorancia me corta las venas.

Te he necesitado, estuviste pero ahora no has estado. No después de aquella no tontería que hubo pasado: aquello donde tú te ofendiste, y era yo quien debía quejarme de tus despistes. Pero bueno, olvidado, aunque no ha sido borrado, porque parece que a ti sigue anclado. Eres frío y árido, amargo, y conmigo nada salado. Haces acto de presencia, que me amarga en esencia, pues no es real, y tu lo sabes, solo estás por guardar algo que pronto se destruirá: y no es por mi, aunque tu pienses que es así. No es que no me importe que te vayas de dentro de mi, aunque no lo parezca estoy sufriendo en mi existir; es que mi ego esta vez ha decidido salir.
Y no es porque yo sea así, si no porque debería comenzar a mostrar esta parte de mi existir, que aunque no exista, formulo, invento, esta situación es del reviento.
Y quizás no merece la pena: esperar que tu vengas a cuidarme de las penas, pero un hermano mayor correría de veras si la enana esta rompiendo todo cuando le espera.

Pero quizás es que ya no te acuerdes de mis expresiones, aquello que te mostraba si necesitaba que me pintaras un camino de flores. Tal vez se fingir demasiado bien que no sufro el que me abandones, o puede que te hayas acostumbrado a mis penas. Puede que ya ni te importen de veras.

Y por esto sufro, y descubro que estoy perdiendo el rumbo. Si antes tenía un camino y parece que el destino me desvió de todo cuando vino; pero echo en falta eso que antes era mío.
Me lo han quitado, arrebatado, y tu encima de todo lo has dejado. Y tú encima de todo has participado. Esperaba más de ti, pero supongo que no debería de ser así: no por tu forma de existir, si no porque yo no merezco la pena, o eso me he hecho creer al fin. Estás mucho mejor teniéndola a ella allí, pudiéndole contar todo lo que te hace sufrir.
Lo malo es que me interesan tus penas, me preocupo de veras cuando no muestras tu infantil forma de vivir a tu manera. Pero mis expresiones constantes, del mal a mi alcance, y tu ignorancia en trance, me hacen replantearme cuanto debería darte. Si acaso debería acercarme, o decidir quedarme. Quedarme, sola, Soledad de compañera, Penas misioneras.

Antaño está lejano: futuro cercano, horrible y raro. Pero antaño lejano, y presente transformado. Y vida jorobada, y sueños aniquilados, y miedos por todos lados. Pero antaño lejano. Existes, pero ya eres libre: ya no voy a buscar que la vida te alumbre, pues la oscuridad me invade entre la muchedumbre. Y ni velas ni consuelas, nada por mis penas. Y ni ayuda, me quedo muda, y en una esquina lloro, antes pensabas que mis lágrimas valían oro.

Me has desvalorizado, pero supongo que me lo habré buscado. Supongo que soy la responsable de todo lo que me ha pasado, y no puedo hacer más que lamentarme y quedarme a un lado. Ver como creces, mis ilusiones decrecen, y nuestro destino se desvanece.
Y aunque ni rece, pediría si fuera posible que volvieras, que me comprendieras, pero no es lo que nos espera.
Espero que te vaya bien, que lo que te dije alguna vez te sirva para promover, tu mundo y hacerte ver. Que recuerdes cuanto te llegué a querer, y que te extrañaré. Te echo de menos, y espero que cada vez sea menos.
Espero aprender a vivir sin fuerzas, ni armas de guerra. Sin tu cariño, que ya ni tengo.
Espero que valores que te haya dado todo cuanto tengo.

Quizás es hora de decir adiós...

Estoy presa sin cadenas, y a pesar de todo estas me cortan las venas.
 Estoy en una condena, donde no caben las horas buenas.
Estoy en un sin vivir: dime como sabes sonreír, si el Sol no se posa por aquí.

 Dime como se reproducen las risas, esas ganas de bailar sin prisas; la belleza que me eriza. Dime donde conociste esa forma de andar sin prisa, justo cuando el mundo se nos detiene, nos abundan las paredes, incluso nos golpean las sienes. Donde no hay sitio para placeres: pues es así, yo lo sé y también hablo por ti, piedras existen en nuestro porvenir, que acechan y aproximan el fin. Pero aún con venda por bandera, con toda la ceguera, alzas orgulloso eso que esperas; algo llamado esperanza, o algo así soñé que dijeras. Algo que nos parece posible, imposible deberas, probable es poco de lo que nos espera. Y quizás es que mi destino exija partir: quizás es que esté cansado de estar por aquí, pero algo dentro de mi me dice que haría mal al huir.
 Pero sin libertad posible, sueños indescriptibles, cada día te vuelves más imposible. Eres la imposibilidad, mi forma de fallar, y no encuentro una solución final: eres algo que supongo que nunca podré alcanzar.

 Y me dicen, mientras las melancolías me dan de esa alegría, que Prosperidad será mi amiga. Me mienten con que todo se arreglaría; pero es que es así no hay nada por que acabe con el morir, pues igual, no hay nada que cure la enfermedad que me aleja de ti. Pues no hay medicinas, solo pruebas que no alcanzamos aunque quisieras. Pues no hay maneras, de sanar mi corazón, devolver mi inspiración, ser capaz de hacer canción, dejar el dolor fuera de mi habitación.

 Y estoy genial, por supuesto, solo tenéis que verme suspirar, reír, llorar, dame una sonrisa más. Que por oír tu risa, cuanto daría: incluso me sacaría todas estas astillas, el recordar el tiempo en el que era mía. El tiempo en el cual me pertenecía, yo poseía, que feliz me sentía, mi musa, mi maravilla. Que ganas de sentirme viva.
Pero en esta oscuridad, la sala reducida de mi mal estar, no puedo oírla más, pues como en sordera vivo con mi mala pena. Vivo sin vivir si quiera, vivo en algo que espera; con el tick tack sonando, mi corazón resonando, mis esperanzas no avanzando. Con un no por delante, sonrisas al traste, fuerzas de desarme.
 Me rindo, pues nunca te tendré delante: me rindo, pues no estás a mi alcance, y con miedo, alzo la voz pues aunque no lo parezca mi poca fuerza a veces me lo permitió, y ruego por favor. Por favor, dadme del amor, del cariño, comprensión, aunque parezca que solo quiera estar encerrada en mi interior. Dadme fuerzas para que salga el sol, dadme algo, o todo se romperá en dos.

 Aunque quizás ya es tarde para encontrar una solución, para no perder del todo a esta poeta que un día nació. Quizás, el tiempo no quede en el reloj, leyenda mis palabras, secuelas de las malas. Y libre entonces seré, cosa que ni me podré creer. Sin reglas, sin daños, adiós al antaño. Adiós a las penas, las veces en las que se me abrían las venas, esas ganas de ser verdadera: adiós a todo cuanto me espera.
 Se lucha mientras hay algo que merezca la pena: pero ya no hay nada que me llene de veras. Por eso, dejo mis armas, que las coja el siguiente que caiga. Por eso, dejo mis recuerdos, me han dejado poco cuerdo. Por eso, abierta estoy, haced cuanto queráis, abridme en canal, destrozarme, aunque poco podréis más al haber perdido una guerra contra mi voluntad, al haber perdido la vida en esta locura al final.
Al ya no saber continuar.

domingo, 19 de mayo de 2013

Me muero de celos del viento, pues el puede dejarte sin aliento. Me muero de celos del cielo, pues sabe observar mientras duermo. Me muero de celos del tiempo, que nos invade y llena por momentos. Añoro todo de ti, y es que te quiero en mi existir. No como la primavera, que me llena, pero me angustia pensando en lo que nos espera. No como el invierno, que frio deja rasguños. Ni como el otoño, da un poco mas de amor, a mi pobre corazón; amame no como el verano, que acaba y nos deja soñando, si no como una nueva estación. Debemos crear un lugar donde para nosotros siempre salga el sol, y podamos jugar a juegos del amor.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Una noche son veinte, doscientas ciertamente.

Sobre una noche estrellada, te dibujo en mi mirada. Con sonrisas, las veladas pasadas pintamos, adornamos, recordamos.
 Sobre esta noche, donde sé que ya no te podré tener a mi lado, el cielo me muestra la ausencia de un amor cercano, con los astros que dejamos por descubrir, como cuanto nos amamos. 
Sobre esta noche, donde la soledad a mi anclada; el viento sopla, revolviendo mi cabello y todos los besos que te debo, trasnochando quisiera sentir el desenfreno cuando tu cuerpo era mi mejor consuelo. Y dime Luna, que estás aquí desnuda, que podría servirme de ayuda, cuando sé que la más profunda oscuridad no tiene cura, que era su sonrisa la que me quitaba las amarguras. 
Estrellas relucientes, cuantas historias pendientes, cómo nos mirabais cuando el amor afloraba nuestra mente. Cuando aquí, allí, su cuerpo sentí, y un terremoto dentro de mi hizo que el Sol se negara en salir. Cuando aquí, allí su risa, menuda forma de acariciarme sin prisas, de componer deprisa. Ahora, las cenizas se han apagado; la última calada de aquel cigarro di a tu lado y consumido se ha quedado, muerto, pudiera ser que enterrado consumido en mis labios tras vivir el pecado. Y solo quisiera volver a fumar; dame de esa droga que tu me sabías dar, caladas de tu dulce paladar quiero gozar. Pero sobre esta noche fría donde todo me dice que ya ni existías, quisiera decirle al sino que volverías si no hubiera consumido todo cuanto querías. 

Y es por mi, pecado; por mi todo se ha quedado a un lado, aunque a mi lado anclado. Y es por mi, confieso; quiero de los besos de esos, pero también quedarme en lo cuerdo. Y es por mi, es cierto; por las noches te sueño, y reviento. Reviento de angustia en este agua mustia, la marea de mis venas, vaya oleaje que me deja goteras; cuando sale de mi, revienta, hacia un fin. Cuando una noche como esta yo te conocí, cuando una noche como aquella te hice de mi, cuando una noche como esta expulso todo mi amor por ti. Anestesiando a mi corazón, morfina por el mal amor, algo de medicina, mi inspiración. Y decían que las alergias no eran un Don, más ahora me están ayudando a deshacerme de tu amor. La marea cesada, el agua rojiza derramada, aunque aquí posada, sobre una noche estrellada donde ya no queda ni tu mirada.
 La verdad, ya han sido mil noches pasadas, y yo aquí sentada, recordando cuanto te adoraba. Ahora, las venas me fallan, la sangre como arcadas, desplazada. Ahora cuando justo me olvidaba de que te amaba. 
Y no es así, yo me conozco; siempre hubieras estado dentro de mi, por ello mejor marcarse el fin. Por ello rendirse, por el sufrir de vivir, una vida en la que ya no estés por aquí. Y mi sangre a un lado, las ilusiones y momentos destrozados, mi corazón dañado que ni con cola hubieran reparado, se han cansado. Y a darme la buena vida, las estrellas me señalan una luz que me guía. Pero no es el cielo, yo lo desconozco; hace tiempo que perdí la fe de un ronco, es más la eternidad de tu discontinuidad, lo que me hacía soñar.
Y con la noche permanente, en la oscuridad de mi mente, me gritas que debería de haber sido más fuerte; pero ya he perdido a la suerte, y el dolor me llevó a la muerte. Ya solo quedará mi recuerdo en tu mente, hasta que otra me remplace, tan pronto como el mes pase. Tan pronto como te venga el desfase de no tenerme en tu fase.

sábado, 4 de mayo de 2013

Mi dominio ya ni es independiente.

Primero vino la alegría, esa que me acechaba con todo aquello que me diría. Luego se hizo el amor, dale medicina a mi enfermo corazón. Pronto llegó la ida de la estación: adiós a la primavera, el otoño en las suelas, el invierno con secuelas. Y luego, como no, oí su adiós; ese al que respondí con un por favor. Con un no me dejes, necesito tu calor; pues le verano se acerca, y tu Sol, has huido, sin aprecio de dos. Te has escondido, y aunque es cierto que ya ni me alumbraban tus rayos de amor, necesitaba de tu compasión, de tu presencia, de lo que llamaba adoración. Que haré ahora, con el invierno inyectado en las venas, presentes mis penas, tabaco para sellar las goteras. Que haré ahora que sé que el Sol ya ni me espera; justo cuando llegaba nuestra canción, tiempo de los dos, cuando la armonía del destino iba a hacer su función, tu variable a escogido a más de dos, y se ha cargado nuestra ecuación.

domingo, 28 de abril de 2013

Soledad me quiere, pero por favor, mátala.

El Sol está alzándose sobre el cielo, nuestro día despierta, lento. Algunos rayos tímidos se encuentran en el interior de mi habitación. Yo me encuentro en mi cama, acurrucada entre mis sábanas. Quizás, debería levantarme pero Soledad insiste en ser la protagonista en mi vida. Mi oscuro y revuelto cabello acaricia mi piel, como sus manos cuando él estaba a mi lado. Ahora, Soledad me ama, no ese amor tan dulce y tierno. Hoy, el día empezó sin mi. Odio el tiempo, ya que es el ladrón de todas nuestras horas, de todos nuestros buenos tiempos. Y ahora, nada esta bien; mis sábanas están frias, mis ojos llorosos, mi corazón dormido. El reloj continua corriendo a pesar de no ser un buen día. Un mes en antaño, todo era perfecto: nuestra distancia continuaba burlándose de nosotros, pero valientes como los guerreros que eramos, pudimos luchar contra ella, y así estuvimos durante unos largos meses. Después, Alegría nos hizo uja visita: nuestra distancia se había rendido. Él me contó que iba a cambiar sus aires hacia los mios, y llena de felicidas, quedé con Tristeza para burlarme de ella. Todo era perfecto, del material que están construidos los sueños. Pero yo tengo mala suerte, cuando era pequeña siempre me lo dijeron. Así pues, mi mala suerte vino a saludarme una noche, noche fría y oscura, cuando yo conocí a la muerte. Pero no mi muerte, si no su muerte. Aquella noche él estaba más cerca que nunca de mi, pero mi mala suerte cubrió su cuerpo, su vida y ella lo asesinó. Pronto, mi amor voló hacia el cielo, y aunque no crea en Dios, quisiera pensar que desde algun lugar podrá prosperar. Ahora, no sé como es eso de vivir, mi madre piensa que necesito una pizca de tiempo para superar esta mala experiencia, pero yo odio al tiempo, continuar sin él, aunque sé que debo de hacerlo. Por todo esto, no puedo levantarme esta mañana. Estoy destrozada, y mi mala suerte se encuentra a mi lado. Debería matarla, pero me asusta su fuerza. Tal vaz tendria que rendirme. No lo sé, ahora mi cama me necesita, y yo al calor mudo de mis sábanas. Vaya mala quedada con la Tristeza, que ahora la Melancolía se a atascado en mi vida. Solo necesito dormir, y olvidar...Incluso morir, deshazte mala suerte de mi.

sábado, 27 de abril de 2013

Cuerpo en el cementerio.

Solía hablar de palabras de amor, ahora la desesperación me espera en cualquier rincón y siento la angustia de tener un monstruo en mi interior. Y dime corazón, como explicarte lo que me cansó; como podrás comprender todo el daño que me causó, mi problemilla mental, mi pequeña enfermedad, eso que no me deja soñar. Eso que no tiene nombre para calificar, cosa que a veces llego a adorar, que aborrezco y oculto a los demás. Eso que me llena de angustia a pesar, que me haga ser la compañera de la muerte y sentirla cerca al respirar. Y cuando llegue el ultimo día, cuando no queden las melodías, ni los días en su compañía, eso, como fiel etapa de mi vida, envolverá mis horas frías para enviarme al lugar donde siempre debería: sepultada entre tierra, enterrada con las malas pasadas, junto a mi mala suerte y con mis cuentas pendientes, todas esas veces que me creí fuerte. Y ya no existirá mi osadía, palabras que diría, nada por lo que reía. Cuando llegue la ultima noche, o el último día, quizás algunos se alegren de que ya no existiría. Pero cuando se calme el viento, y yo ya ni tenga aliento, no temeré al fin del cuento, a las llamas del Infierno. Saludaré a la muerte, que tanto quería verme, y le diré que no pude ser más valiente. El olvido me envolverá, me dará su apoyo, y tú ya ni me recordarás del todo. Llorará durante mil noches la luna, añorarás mis roces; pero pronto Primavera se posará en tu vera, y un nuevo amor vendrá y así no recordarás cuanto era. Y entre los brazos del Diablo, danzaré, tal vez allí esté bien. Con la Soledad de compañía, pensando en que ya ni existirías. Sin saber como sin mi os iría.

Y no enterreis me cuerpo, lanzarme muy lejos. Liberadme, esparcirme, donde ya no podais sentirme. Donde nunca podais ir a verme; donde me encuentre cada vez que sueñes, donde sea libre, como siempre quise.

domingo, 21 de abril de 2013

Yo lejanía, tu osadía.

Inúndame de besos las costillas, que la luna sea complice de cuanto me harías. Envuelveme en tus caricias, que la oscuridad decida darnos risas. Haz en este momento de las fantasías en realidad, pues quizás pronto llegue el final. Y en esta noche, noche de dos donde algunos sin amor buscan el pecado de Dios, quiero entregarte un pedazito de mi corazón. Corazón perdido que tantas veces lanze al vacío, corazón perdido, que aún no sé como es que vivo. Quiero entregarte algo que es mío, y bajo las estrellas me buscas, con paciencia, encuentras. Sobre esta morada acomodada, bajo la luna que conoce nuestra cuartada, me besas, en los labios, con promesas de esas. Y que poco quiero que llegue el amanecer: quizás el sol me impida el volverte a ver, y solos tendremos que jugar a correr. En el sendero de la vida, que esta lleno de espinas, y por una extraña razón eres tú quien me guía. Quizás deberé acojer a mi fiel compañera la pastilla, tras esta noche para compensar las astillas. Pero estoy cansada de pensar en que pasaría. Entre tu cuerpo me encuentro, que no tiene descontento, estamos en una escena que no dirían los cuentos. Y ya está, que más dará si huracanes te alejarán de mi al despertar, si tal vez la tierra te comerá...Si puedo vivir el momento, perderme en nuestro encuentro. Bajo la luz de esa vela, mi melena pelea y sueña, sin ser controlada por su dueña. Y de pronto tus manos en las mías, en un enlace de ver cuanto durarías. Juegos desconocidos, ya he decidido decirle adiós al destino. Si estoy condenada a no vivir contigo, exprimiré cada momento para sentir eso de estar vivo. Mi fiera a despertado, sin dejar el amor a un lado, y ya muchos besos nos hemos dado. La luz se ha apagado. Entre tanta reflexión y juegos de dos, la vela decidió irse con su Dios, tan solo una suave fragancia nos dejó... Y puede que así también sea nuestro amor, efímero, dime campeón, que locuras me dirás cuando me abandones en mi estación. Y tu aquí, mirándome sin decir más que palabras de amor, y yo aquí, pero también allí, con mis miedos de nuestro fin. Pero tus labios me han hechizado, juntandose con los mios los hemos sellado. Pero mi llanto ya ha sido calmado, la confusión, el temor, sordos se han quedado en mi interior. Ahora solo esta el roce de tu piel, las caricias de tu ser, tus labios, no durmamos hasta el amanecer. Mantengamonos despiertos, te quiero ver. Quiero sentirte por doquier: analiza mis lunares, las marcas de los males, y cúrame las heridas con tu medicina, ya sabes. Susurrame al oído que no habrá quien nos pare. El contacto suave y tierno, que ahora siento, de estar posada en tu cuerpo, de tu calor, tu respirar, vaya corazón, que melodías me ofrece, amor. Y yo que tanto a veces aborrezco alguna canción...Anclada me he quedado, al sonido de tu voz, a como me grita tu corazón. Sé que desde ahora estoy presa de por vida, a adorar las veces que sonrías, a sonreír siempre que rías. Incluso me he acostumbrado a tus cosquillas, estas que ahora quieren tus manos frías, que me herizan, seguro que la luna nos tiene envidia... La oscuridad nunca se irá de nuestro lado, y tu guerrero, me susurras al oido que cuanto por el sol hubieras pagado. Lo triste es que esto no depende de los dos, del dinero, ni de un Dios, si no de paciencia y compresión: Sol tiene que aceptar la unión de la lejanía con nuestra osadía, pero antes deberá hablar con el día, aumentar el pacto que acordaríamos que nos uniría. Pues por más que nos engañemos, sabemos que el momento llegará, la luz nos cegará, y por mucho que nos busquemos, en los amaneceres vendrá la soledad, por mucho que ahora juguemos a parar, el tiempo y la forma de pensar. Te observo, te has quedado a un lado, pillado. Tu respiración por suerte no ha cesado, estás descansando. Es lógico, no eres chico nocturno, aunque en diurno yo este en estado oculto. Te has dormido, desperdiciando el tiempo que nos dio el destino para estar unidos. Bueno, mejor dicho, el tiempo que robamos como pecadores en el campo de los amores... Pero yo te apoyo en mi pecho, espero que tengas dulces sueños. Te beso, en la frente, en los labios, que comisuras, diablos. Que lástima que este prohibido el hecho de amarnos. Le dedico a tu cabello, besos y otros consuelos. A tu cuerpo palabras, poesías, para que no sienta las horas frías, y a tu oido, cuanto te diría. Espero que el timbre de mi voz resuene en lo que tu mente te represente. Espero que en cada ida te me hagas más fuerte. Y miro el reloj: queda media hora para que me digas adiós, vaya lástima que cada vez venga antes el Sol para burlarnos a los dos. He de aprovechar el tiempo, guardarme bien todos los momentos, pero sentir que no estas muerto, que es algo que presencio ante la falta de tus besos. Así que cierro los ojos, en tus huesos me apoyo. Huesos que poco a poco se volverán escombros..Pues me he dormido, vaya idiota, mi subcosciente a cedido. Y entre tus brazos soñé que burlabamos al destino, pero cuando desperte...Ya te habías ido. Solo me quedó el rastro de todo aquello que hizimos y vivimos, recuerdos, esos contactos poco cuerdos. Con lo agusto que estaba en tu cuartada, y ahora me encuentro en la nada. Perezosa, golpeo a la almohada: no puede compararse con el cuerpo de alguien a quien tanto se ama. Y levantandome de la cama, observo al Sol, esta allí en el cielo, el límite que nos quita el consuelo. Y se está riendo, de como gana en este juego. Así que resoplo y ignoro todo cuanto quiero, me tiro al suelo, hasta que la noche vuelva, a darme de lo único que quiero.

martes, 9 de abril de 2013

Soy independiente y siempre me hablas en mi mente.

Dile a la inseguridad que me venga a buscar, que entre sus brazos me lleve a algún lugar, y ya no sepa ni soñar. Dile a la cama que en mi no tiene lugar, que por mucho que busques un remedio nada se puede remediar. Deja a un lado toda tu absurda medicina, esa que me incita a creer en todo aquello que me dirías. Olvídate de mi, de sufrir por aquí y de preocuparte por mi existir.
No busques mi sonrisa, esa que suele ir acompañada por una suave risa. No busques de mis melodías, ni me hagas ver cuantísimo perdería, pues si te soy sincera por el momento no sé que te diría. Quizás soy yo quien acoje a la melancolía, quien adora estar sin la compañía y disfruta con el sado de la vida. Tal vez nací así, o mejor dicho, algo hice que en esto me volví. Quizás no tenga perdón, y mi vida solo tenga sentido con un adiós, pero mientras tanto aqui estoy, escuchando a tu corazón.

Eres valiente, con muchas ideas en mente, que tratas de domar a mi muerte. ¿Acaso crees que podrás con una demente? Por mucho que yo te niegue insistes, introduciendote en mi mente. No sé si tratas de hacerme mas fuerte; o que al fin has comprendido que mis demonios pueden vencerme. Y yo soy el pecado, y tú la pasión de no dejarme a un lado. Yo soy la víctima, tú quien lo presencia. Tú eres alegría, aunque reconozco que estás llena de horas frías. Eres una principesa, pero con el dolor expuesto delante de la mesa. Pero no el tuyo, si no mío, lo malo es que te dejo rasguño. Yo era niña, y tu mayor, y jugabamos a juegos de dos. Lástima que ya no queda de eso en nuestro salón, más que sombras y rastros que lo del tiempo dejó. Más que oscuridad de todo lo malo que me ocurrió. Más que oscuridad de todo lo malo que me ocurrirá.
 Pero una voz me susurra, insistente entre mis dudas, que qué más dará si no hay nada que me cura, que más importará mi mala cordura, lo que me envuelva en mis dunas, si siempre me quedará una pizca de magia; locura que a otros le hace gracia, inspiración, y una deuda contra un mal Dios. Una deuda: aquí quien manda soy yo.


viernes, 5 de abril de 2013

Toda mi vida ha estado llena del lamento.

Por todo lo que decian los demás, embarcaste en un nuevo viaje sin final, tiraste a la borda tu libertad, y te encerraste, ya no queriendo nada más. Y todo por lo que parecían los demás; dijiste adiós a las fantasías y a las veces en las que lo bueno existía. Acogiste a la melancolía de compañía, y en un rincón empezaste a recordar todo aquello que te dirían. Se notaba tu inseguridad, miedo a fallar y no saber prosperar. Se notaba tu inmadurez, qué más darían los demás. Pero idiota como debes ser, te encerraste entre espada y la pared. Vendiste tu alma, yo lo sé, al diablo o a un mal ser. No sé si sigues siendo la misma de ayer, pues lo que había en antaño ya no lo puedo ver. Ya no esta esa sonrisa, tu forma de componer sin prisa, ni esas bellas caricias. Ya no estan tus metas en el sol, ahora todo incanzable es para las dos. Ya no tienes ese don. Don por el cual existias, que ahora solo usas cuando sientes que te moririas. Ya no existe ni la inspiración ni la canción, ya todo se olvidó. Ha pasado el tiempo, y en este tiempo encontraste el descontento. Por esperar de ti más de lo que podías dar, por dejarte llevar: porque al fin le diste al estallar.

 Ya no sé ni donde estás. Antes te buscaba para nuestras fantasías, componer y abandonar a las cosas frías. Pero desde hace dos primaveras ya ni te tengo en mi vera. Eres mi mitad, mi seguridad, aquello que me hacía estabilizar; eres todo cuanto antes podría soñar. Pero no, ya no estas. Te escondiste en un rincon, para ponerte a llorar. Y de nada ahora sirve prosperar, fingir, pues todo ira igual. Te arrojaste a la mar y yo no se nadar. No puedo rescatarte, ni volver hacia atras. Ojalá todo se pudiera solucionar, revovinar, cuanto daría por volver a soñar...
He de acostumbrarme a tu ausencia, pues ya estas en venta. Ya no eres parte de mi, ya ni te siento aquí. Ahora eres mal, dolor, abandoname por favor. Eres un guerrero rendido, un traidor. Eres quien apresiona a mi corazón. Y lo peor, es que eres yo. Yo soy tu consciencia, que te grita con paciencia. Y tu eres el mal, el mostruo que ha creado la sociedad. Tu eres lo que han conseguido los demás. Chica luchadora, que ahora llora. Te han encerrado, y ahora tu misma te has matado. Los pro lemas te han inundado, y yo he tratado de mantenerme a tu lado. Algunos me llamaban alma, yo prefiero llamarme calma. Pero tu ya no crees en mi, ni que en lo bueno pueda existir. Yo solo soy una de esas cosas más que te hacen sufrír, y como prefieres vivir en la ignorancia, tomas mis palabras como venganza. Todo por intentar sentirte aquí, que vuelvas a por mi. Pero he de afrontar que ya no será, pues llevo esperando varias primaveras y nunca te sientes bella. Tal vez es que hayas madurado de más, hayas entendido el mal de la vida y quieras un final. Tal vez es que demasiado te afectaron los demás; o puede que ya no tengas ganas de luchar. Por eso, has dejado a mi que soy tu espada, tu camisa desatada, y tus fuerzas tiradas, y eso que estás en el campo de batalla.. ¿Así que suficiente ya ha sido suficiente princesa, no vas a arreglar las cuentas pendientes? Tienes la mirada nublada, la adolescencia desbordada, parece que ya no te queda nada. La vida ya no te ofrecía lo que antes nos daba, y tu recelosa, muestras otra cuartada. A ver quién gana aquí, baile contra el morir. El pro lema es que ya ni tienes ganas para combatir. Y con la melena alborotada, las medias rasgadas, miras al frente y das una calada. En tus suspiros sale el humo y los restos de todo lo que hubo. En tu cuerpo quedan las sombras, y las marcas del.mal, lo que indica tu mala vida de verdad. En tu cuerpo, en tu realidad que tanto odias y no sabes afrontar. Aquella donde no me veras más. Pues me has echado, me has destrozado y dejado a un lado. Se ve que ya no necesitas de mi ayuda, que puedes desnuda. Pues una persona sin consciencia, es como la falta de libertad, el no saber volar de esa bella ave que se posa a tu lado mientras que tu melena danza al caminar. Pues una persona así, es como si no supiera ni respirar. Gracias a ese Dios falso que no existe de que te mantienes en pie, por el momento, pues pronto te vere caer. Lástima que tu a mi ya no me quieras ver, y que poco pueda hacer. Tus melenas alocadas, esa ropa que tanto te sobraba, esta rasgada, igual que tu piel, y el espejo te dice cosas que a mi no me parecen bien. Entonces te decides romper, y entre tus brazos, entras en un edén, en un tunel, donde ya nunca parará de llover. Donde ya ni te podré ver.

jueves, 4 de abril de 2013

Dime como podría tener complejo teniéndole en mi cuento.

Recorrer con mis manos su espalda, aquella que tantas caricias me guarda. A besos su cabello, hacerle llegar hasta el cielo, incluso sentir el desenfreno. Son cosas que tanto le debo, y tanto deseo. Recorrer el mundo entero, caminar hasta lugares inalcanzables, hacer que desaparezca de nuestro lenguaje la palabra improbable. Despertarle y besarle, hacerle ver que nuestros sentimientos son palpables. Y llenarle de caricias, consuelos cuando el mundo no sea bello, motivos por los que alumbrar al planeta entero. Hacer que nunca sienta el miedo, vencer todo cuanto temo, arroparle entre mis brazos, y que así jamás me eche de menos. Cantarle melodías, de esas que nadie entendería y que su oído bien acogería. Darle de mi amor, cariños para ese corazón, besos con mucho sabor. Endulzarle la vida, sin dejar que conozca que son las caídas. Ir a cada precipicio, no para arrojarse y abandonar al destino, si no para apreciar lo fuertes que somos unidos. Visualizar las tormentas, recordar la distancia que no nos atormenta, entrelazar nuestras manos, nuestros destinos anclados, darnos besos salados.
Que yo bien sé que muchas buenas sensaciones sin mi podría tener, pero soy yo quien conoce esta manera de querer. Soy yo quien le acaricia sin prisas, le provoca esas sonrisas. Quien conoce sus pesadillas, y las veces en las cuales solo lo malo existía. Conozco sus expresiones, como canta las canciones, incluso sus gustos y pasiones. Conozco su pasado, aquel que muchas otras habrán olvidado, y no lo dejo a un lado. Incluso sé de sus obligaciones, las cosas que detesta, sus manías y sus fantasías. Todas sus sonrisas, sus gestos cuando algo es perfecto. Cada tono de su voz, cada sonido para mi es inspiración. Cada risa, el sonido agradable que me eriza. Cada una de sus miradas, como puede entregarte el mundo cuando todo se para. Su forma de enfadarse, tranquilizarse, que tiene mucho aguante. Conozco su forma de tensarse, y de forma palpable. Y lo mejor es que me queda mucho por saber de aquí a alante. Me quedan miles de recuerdos que deberá contarme, sueños que cumpliremos, pesadillas de las cuales nos olvidaremos. Me queda no hacerle sentir celos, más que de la distancia, mas que del viento, que revuelve mi cabello. Me queda entregarme a su cuerpo, soñar despierto. Me queda llenarle de poesías, provocarle que sonría, y conocerle más de lo que debería. Aunque no me lo pueda creer, quiero más de él, quiero todo cuanto me pueda ofrecer. Me queda vivir con él miles de amanecer, despertarle y que no se lo pueda creer. Me queda no dormir por él, madrugadas despiertos a tutiplén. Me queda volverle a ver, y que esta operación se repita una y otra vez. Me queda disfrutar del presente, que no nos quede ninguna cuenta pendiente, incluso vencer a la muerte. Me queda vivir junto a él, y así disfrutar cada anochecer. Me queda incluso más por conocer. Me queda tanto como él me pueda ofrecer. Y aunque sé que muchas otras mucho también podrían hacer, empeñada estoy en mostrarle incluso al papel, que para mi le quiero tener. Para nada sirve la poesía, más que para alumbrar las horas frias, demostrar cuanto quería, y quedar constancia, en un futuro, de cuento sentía. Y bien decía la gente que afirmaba que el amor de un poeta nunca moría, que por este moriría. Le llenaré de mis versos, de esos que a algunos no les dejan muy cuerdos, para hacer que sonría al leerlos. Y le haré miles de promesas, pareados y metáforas, alternaré todo lo vivido para que nunca se lo lleve el olvido. Y así un día en un futuro estaremos leyendo unidos todo cuanto ha ocurrido, todo con lo que hemos podido. Y ahí ya habré cumplido tantas cuentas como le prometí a mi destino, Y ahí ya le habré comido, ya le tendré conmigo. Y allí viviremos de primaveras, veranos soleados, trasnochando. Y allí no existirá el mal, el "nunca jamás", estaremos en nuestro "mundo ideal". Haremos de la fantasía algo real; pues con él nada no es de verdad. Y así, al despertar entre mis brazos le haré estar. Y así, al madrugar, un motivo más tendremos para prosperar,  ya no necesitaremos ni soñar... Y así el mundo puede dejar de girar, pues seremos invencibles, como ahora siempre que está a mi vera.

                  Daniel+Marta 02/09/2012

La princesita que siempre sonreía.

Cuando suficiente nos sea suficiente ya nada nos podrá hacer más fuerte. Cuando todo nos quede pendiente ya no existirá aquello de jugar a perderse. Cuando la infancia se convierta en la muerte, ya no nos quedará un baile pendiente. Y ya no existirán más primaveras, ni otoños bajo las suelas. Ya no quedará el frío del invierno, la falta de nuestros besos. Ni la brisa de verano, ni los sueños que tanto deseamos. Cuando ya no exista el sol y el mundo nos diga adiós, se cerrará el telón.

Y se acabará esta actuación: tu mala vida, esa de vivir arrepentida y perder hasta las melodías. Esa que trataba de aquella niña fría. Esa donde tú eres la protagonista, que tan bien luces en las pistas. Esa que ya se fue, dile adiós  pues no puede volver, acoge tu nuevo papel: tú niña presumida, que afronta las caídas. Tú que quieres rebosar, luchar, que todo podrás superar. Tú, que antes eras de cristal. Vaya cambio de personalidad, no sé como soportas sin inseguridad. Vaya actriz, ojalá supiera como tú tan bien fingir. Que sabes reír y llorar, soñar y parecer ilusionar. Que te sabes enamorar, sin que te afecte en verdad. Que te sabes al mundo devorar. Vaya, me gustaría verte en la vida real; si tan valiente eres a pesar de lo que opinen los demás. Pero luego te observo, famosa de los cuentos, como te agobias por un susurro lento. Como sabes prosperar, la vida de todas aquellas y la tuya no para de girar. Gira entre las giras de las metas que antes cumplías, recuerda los cuerpos falsos que poseías. Y atácate a ti misma como en la guerra fría, haz que ahora se cierre el telón de la vida.


jueves, 28 de marzo de 2013

Sonrisas vacías.

Allá por encima de tu vientre encorvado, por debajo de tus mechones hacia los lados, allí donde tus sentimientos se quedaron anclados, el órgano vital de una niña bombea por que siga viva. Allí donde ya  nunca más se posarían las horas frías. Dentro de su corazón, querido amor, ya no existe el dolor. Dentro de algo que siempre te perteneció. Tú, hombre valiente, nada demente, que siempre en ella estás presente. Tú, querido campeón, fiel luchador. En la guerra te embarcaste, a ella sola dejaste. Allí en una estación, luchando con su corazón. Él entre tus brazos, pues siempre estaba presente todo lo que tenías en mente. En una guerra no de dos, de otros que se metían de vuestra relación. Y con armas de guerras,  conflictos de veras. Ganas de luchar por un fiel en el amor, también de fallar y de decir adiós. Y tú, fiel campeón, que a la niña cuidaste y adoraste, jamás pensaste en sola dejarle. Tú que tanto podías darle. Entre tus brazos la acurrucaste, y a lo malo apartaste. Dile adiós a las melancolías, a las veces en las cuales no la veías. ¿Qué más da? Mientras que la guerra seguirá, juntos y parados estareis ante el altar. Tú allí, ella por ahí. Unidos aunque no exista el existir. Y rendidos, y parados, mientras que el juego no se queda anclado. El juego de la vida, el tiempo corre y no hay huida. No hay un final, un terminar, y un ganador o perdedor debe acabar. Hay que luchar. Tú vencedor de amor, perdedor de muchas otras canciones de dos. Tú, que luchaste sin temor. Con bestia en mente, ataque de frente, con dolor y ardor, mal a veces a tu pobre corazón. Pero con arma de guerra, sentimientos de postguerra, desgarrarás a todo cuanto venga. Dale al continuar, avanza algo más; entre las pesadillas de tu vida, las veces en las cuales ella se iba. Y ella, inocente demente, con su mundo pendiente. Ella que nada parecía, y que tanto para ti tenía. Ella, que quería incluso quitarse la vida. Ella, que las sombras la cubrían. Ella, con rasguños por los puños, moratones profundos. Ella que por ti vivía, atrapada en la fría melodía en la cual tu ni aparecías. Y maldito luchador que atascado te quedaste en esa misión. Sin saber como avanzar, no sé si te rendiste o paraste a descansar. No sé que sientes en tu estar. Ella te busca y no te sabe ni localizar. Pues estás, pero no estás, pasas poco por el altar. Pasas por donde os solíais adorar. Las armas de guerra  ya no buscan la paz, si no darle al terminar. Te da igual, el dolor ante tu pobre corazón. Y fiel campeón, que aún adoras y guardas el de aquella niña sin ningún temor..De tanto apretar, vaya, se rompió. De tanto esperar, de tanto aguantar, se acabó. Y ella no lloró, si sufrió, ni temió, sola se quedó. Y ella ni luchó. Se dejó invadir por el mal, por la falta de tu olor, y en un rincón de la vida se apartó. Allí se quedó, sin saber más de aquello tan bello que os unió. Y justo entonces, tú llegaste a la estación. Llegó la primavera, las veces en las cuales la sentías en tu vera. Pero ya no está, no se encuentra en el lugar. Se ha ido, se ha desvanecido, aunque su corazón aún no se haya podrido. Cuídalo bien, es lo único que te dejó para que recuerdes cuanto te daba sin saber. Sin saber y tú ni la dejaste de querer. Pero ella no está, no existe ahora de verdad. Ella que tanto te quería a pesar. Tú que incondicionalmente la amabas a pesar de los demás. Ella ahora ángel anclado a la oscuridad, que desde abajo te observa, pues al cielo puso en venta. Ella que ya no tiene alas, y tiene la infancia desbordada. Ella que ya no sabe ni en que soñar, esta atrapada en ver qué harás. Observándote a pesar, de que ya nunca más juntos podréis caminar. Pues ya no es una guerra, es la muerte la que aterra. La partida ha acabado, y parece que no hay ganadores por este lado. Ha sido un anónimo, lo que te ha dejado sin ánimo. Ha sido la esperanza, esa de acariciarla con ansias. Ha sido el no pasa nada, siempre es siempre monada. Ha sido el no luchar, el darte por debilitar. Y ahora, de nada te servirá llorar, no más para que ella lamente en la eternidad, que estés tan mal.

sábado, 23 de marzo de 2013

Tan lejano y tan cercano, el amor que no se queda de lado. Tan real e irreal la forma en la que se puede amar de verdad. Cuantos miedos, ilusiones por los senos. Tantas ganas de encontrar el desenfreno. Pero no es solo locura, tambien es la dulzura, y las ganas de adorar con cordura. Ese punto de heroina, medicina que quita la vida... Reviveme, solo tu lo sabes hacer. Llename de tu alegria que me hace sentir viva, quitame todas las astillas. Con tu amor no existen las horas frías, expulsame a la melancolia. Y demuestrale a todos los demás de lo que se rían, que no eran más que tonterías.

Mis manos estan llenas de la sangre de los ángeles.


Con tus errores a las espaldas, ya lo bueno ni te levanta. Con el miedo y el dolor, decides que ya no quieres ni a la canción. Donde fallo el amor, sal cubrió tu corazón. Echa azucar a tus heridas, endulza tu mala vida, y ya no recuerdes todo aquello que te diria. Tu espalda esta rasgada, tu infancia destrozada, tu adolescencia borrada. Ya no está, ni estarán, tus ganas de soñar. Y tú que antes sabías volar... Tú que antes no conocías el estar mal. Consuela con el alcohol a tu pobre corazón, amnesia todo cuanto te diga el dolor. Y demuestra así quizás que nada ocurrió, que nada de afectó. Mientete, engañate, que se supone que es lo mejor que sabes hacer. Y destrózate; asume la rutina, esa de que estás viva, deja de querer huir a la 'buena' vida. No te escondas, no duermas, el imsonio no está en venta. Respira, que si no se le quita la alegría. Y asume aquello que ahora te diría, aquello por lo que tanto apostarías y que ni existía. Y recuerda las noches frías, cuando solo el llanto te hacía compañía. Y recuerda la felicidad que poseías: aquella que tu allí, sin mí. Recuerda cuantas cosas no aborrecías. Que bonita era tu vida, cuando yo no aparecía para hacerte daño bajo las costillas. Que preciosa parecía, cuando no te obligaba a actuar como ahora harías. Que preciosidad tu antigua felicidad. Y que amargura, la forma en la que ahora me ignoras y te buscas una cura. Vaya princesita, que acaso se cree que a los cuentos visita. Vaya listilla, se acabó tu tiempo de clavarme las astillas. Yo mando aquí, ¿qué te hace dudarlo por allí? Yo controlo tu cuerpo, hago que se mueva a lo lento. Provoco que tiembles, cual terremoto terrestre. Provoco que te emociones, como antes hacian las canciones. Y te dejo sin aire, cual amor de los grandes. Te produzco dolor, físico, como hacer el amor. ¿Qué queja tienes de que me haya posado en tu estación? Reconócelo: en el fondo adoras mi forma de darte amor. El calor, de la sangre al derramarse por ese escalón. Sangre dulce, cálida, que monada...Y a ti en cambio te produce arcadas. Mareos, nausias, ganas de decir adiós o por favor. Ganas de abandonarme en un rincón. De tu odio surgí, con tus miedos me creaste a mi. Y con tus ganas de morir..Me asente dentro de ti. No te ofrezco la libertad, si no una forma de desahogarte, no más. Mejor dicho, eso deberías pensar. Pues soy peor que las anfetaminas, o cualquier droga de pacotilla. Soy tu lado oscuro, tu via de salida. Soy tu enfermedad, dichosa ilusa de cristal. Que con nada te rompes, y todo lo que hay dentro de ti ya se encuentra en desorden. Soy tu odio, lo que no quieren los demás. Soy tu poca valentía, tu cobardía. Soy lo que ahora nadie de tu alresesor sabrá. Soy lo que adorna tus vientres, toda la piel que haya estado pendiente. Soy tu mayor problema, y la forma de arreglarlos cuando pasas de los lemas. Soy tu prisión; una carcel en tu interior. Soy de quien nunca te librarás, de quien la gente sospechará. Soy quien un día tal vez te encuentre a encontrar el final. Soy amante del mal, quien te hace llorar. Ese dolor amargo, escozor..Tu tienes la culpa de todo lo que ocurrió. Tú, pecadora de ese a Dios. Dios que no es Dios pues nadie cuidaría ni te daría un perdón. Culpable de mi aparición. Condenada de por vida, tu la princesita no hace más que tratar de irse de rositas. Tratas de evitar y de no llamarme más, pero sabes que siempre vendrá: siempre vendrán tus problemas, y las ganas de cortarte las venas. Siempre vendrá tu ansiedad, tu angustia, y todo lo demás. Y todo por no quererte de verdad. Todo por dejar tus alas arrebatar. Todo, por todo lo que no se debe contar.

viernes, 22 de febrero de 2013

Eres como inyectar alcohol directo en mis venas

                                                                

Me haces sentir esas cosas ya sabes...Que me llenan.

lunes, 11 de febrero de 2013




Sigue, sigue así, hazte sangrar y búscate un terminar. Sigue con tu proyecto de acabar en la locura de la cordura al estallar, que muy pronto podré contemplar tu falsa manera de prosperar. Sigue así, que ya no te quedarán las metas a cumplir, ni los sueños de esos que tú solías pulir. Sigue, que estás firmando una sentencia, una condena a tu conciencia. Sigue, que pronto ya ni pensarás, que solo suplicarás. Sigue buscándote un algo más, sigue dejándote llevar, que ya entre las malas melodías te encontrarás, y lo bueno ni verás. ¿Que existirá de veras la verdad? Pues tus ojos no la verán, el prisma tratará de deformar. Como sigas así, ahogándote entre tus formas de pensar, poco sabrás del bien o el mal, poco sabrás más que verte llorar. Más que no suplicar, más que no sentir que todo tiene un final. Vaya fin, de verdad, el al no tiene lugar. Vaya estupidez es la vida para el cruel, el pecador y el que no sabe ver. Vaya gilipollez es tu forma de dañarte y no sin saber. Vaya idiotez el mal que me hacéis ver. Vaya falsedad, la que oculta la más pura verdad. Vaya perversión, a mi mente y a mi corazón.

domingo, 27 de enero de 2013

Solo tu, solo yo.

He encontrado mi felicidad, mi otra mitad. He descubierto que existe algo leal, que las cosas pueden ser de verdad. He descubierto que nunca diré nunca más, que puedo lleguar a sentir la felicidad. He descubierto que soy así junto a ti, que me muero por tenerte en mi sentir. Y ahora llegaras, con esa sonrisa en tu eatar, a decirme cuanto aún deberíamos esperar. No lo sé, la verdad, tal vez cuando llegue la mar, o puede que cuando el invierno nos deje en un buen lugar. No sé decirte cuando te podré volver a tocar, si mis ganas, mi locura, como me haces perder la cordura. No sé cuando entre mis brazos te podre tener, si acaso el destino mio vino para joder. Pues buenas coicidencias tuvimos, ya ves, y a la mierda como nuestros caminos. Me refiero, a que iba a poderte ver, y a que mi mala suerte vino a joder. ¿Para que hacerme sentir vivo si luego el puto destino me va a impedir ir ahí contigo? ¿No es quizás un espejismo, un algoritmo? Esto es una ciencia, exacta por mis creencias. Esto no es una ciencia, es una forma de jodernos la existencia. Esto es una cruda y fría condena, de esas que ni siquiera pensaba que existian a pesar de conocer las cadenas. Esta es mi mala suerte, te la presento mientras que tu sonrisa ya no esta en frente. Esta es mi forma de cagar, de fastidiar. Pero no por mi, tal vez por mi manera de vivir. Pero no por mi sentir, si no qur por las extrañas influencias que tengo alrededor de por aquí. Voy a vivir en la ignorancia, en esa de olvidar la vida tan rancia. Voy a dejar de pensar que no te tengo aquí, y voy a cambiarlo a por un pronto estaras junto a mi, a por un te amo y te adoro así. Tengo muchas deudas junto a ti, y te prometo que no tendre el morir hasta despues de demostrarte todo mi amor por mi. Que vengan tormantas y catástrofes, que yo me aferraré a estas mantas que me atragantan. Que vengan demonios, malvados de los malos, que yo una valiente acabaré con ellos a palos. Que venga un terremoto, pero de esos que me provocas, cuando me vuelves loco. Que venga un tsunami de mis lágrimas, que con tus paraguas no volverán las malas animas. Que venga el fuego a romperme a mi, que yo venceria por ti. Que venga el futuro para llevarme a un sin fin, que yo luchare por lo que siento por ti. Que traten de hacerme sufrir, de besarme, de cambiar lo que siento junto a ti, que yo les dire que no tienen nada que hacer aquí. Solo quiero tenerte a ti en mi sentir. Cumplir mis deudas, enseñarte en realidad todo lo que siento por ti. Porque poco no es, mucho ya ves. Pronto cinco meses por ver, pronto te tendre entre mis brazos por doquier. Pronto te hare ver mi forma de querer. Pronto te devorare. Tengo ganas de sentirte y de ver, tus sonrisa, cuanto me puedes pfrecer. Y acabare, y vencere, sabes que puedo con todo lo que este por volver. Por ti, cambiaria hasta mi forma de ser, pero gracias a ese no dios del que no creo, te gusto de esta forma de ver. Quiero contarte un tal vez, un futuro que nos queda por ver. Tu y yo, por siempre, donde no nos puedan negar el ver o el querer. Tu y yo, por siempre, en nuestro nuevo mundo, que ya sin ti me derrumbo.

domingo, 20 de enero de 2013

Y llegará el día donde ya no queden ni llantos, donde ya no tengamos fuerzas ni para matarnos.

viernes, 18 de enero de 2013

El parecer es una forma de ver.

Todo me parecía tan perfecto, del material en el cual están hechos los sueños. Todo me parecían melodías, días en los que tu siempre existias, caricias de las que antes temía. Todo me parecía tan ideal, que no tenía miedo de separarme de todo lo legal y probar aquello de demandar. Todo me parecía tan de verdad, que para nada llamé a la realidad, me paré en su portal, para ver si acaso aquello para siempre iba a durar. Todo me parecía tan cierto, que la fortuna me perdió el acierto. Todo me parecía tan usual, que lo normal dejó de encajar en mi final. Todo me parecía tan ejemplar, que miles de ejemplos valdrían del azar. Todo me parecía tan de fiar, que sin pensar diría que no es verdad. Todo me parecía tan de esperar, que ahora la muerte me espera una vez más. Todo me parecía luego tan irreal, que las voces me gritaban la realidad. Todo me parecía luego tan falso y demás, que me encerré en mi estar para no volver a prosperar. Todo me parecía luego tan vacío, que tiré por el retrete todas esas promesas que le hice al destino. Todo me parecía luego tan jodido, que me maté a mi misma por haberme ido. Todo me parecía luego tan mal, que le dije un adiós a la felicidad. Todo me parecía luego tan ideal, que la cordura no me quiso más, y me quedé aquí con la locura, las ganas de vivir en tu vida llena de ataduras, donde una lágrima se siente como una sonrisa más, donde se espera ansioso un final, donde el juego consiste en ni respirar. ¿Tu también quieres jugar?


jueves, 10 de enero de 2013

La niña.

La niña llora desconsolada mientras que los demás rien mi corazón se parte en dos siempre que no sonrie. Un alguien la acoje entre sus brazos, entablan lazos y la niña ya no llora, rie, simplemente le adora y la niña ya no esta sola, vive, simple lo siente. Y aquellos que reían, cesaron en busca de algo en lo que acabar con su primavera, fruto de su amor donde no necesitaban ni la mas minima consolación. Si antes la niña lloraba, ahora ya ni conocía, ya no sabía pues él, noble de ver, cuidandola le hizo saber. La niña mujer, él un hombre al parecer, los demás hipócritas por no aceptar el querer, por solo buscar joder citas escritas. En los cabellos de la niña, el besos y rimas, en el corazón los demás fuego, mentiras y falsedades de un no Dios, especulaciones de dolor. Un día vino la melancolía, atrapo a la niña en una fría condena Y ya no conocía a la alegría, el senrtirse viva, pues él, alejado por los demás al parecer ya nunca volvería a eso de corresponder, de proteger. Y la niña llora desconsolada, porque solo a ella estas cosas le pasaban porque siempre los demás, le buscaban un final, por no dejar su bien estar. Y ya nunca más volverá a sonreir o a reir, ya ni siquiera quiere existir y muerta en vida, atada de rodillas, dice adios entre lagrimas a el, al cual tanto queria Maldito destino jode vidas, la destrucción del mundo ha acabado con solo la mia.

La perdida de mi ilusion.

El tal vez, una ilusion, dile a tus miedos que se vayan a un rincon. Vive de las fantasías, de las veces en las cuales no sentías que morías. Pero luego despiertate, abre los ojos y pierdete de la realidad, ya que no es nada de lo que siempre quisiste tener. Refugiate en un tal vez, en un con suerte lo conseguiré. No temas en un no es posible, pero si en un no volverle a ver. Rompe las cadenas, siente que el mundo te sigue a ti y a tus manías. Rompe a la melancolía, declarate vencedora de esta guerra fría. Ten animos y fuerzas, crea tu nuevo mundo sin compañias, pero luego recuerda que solo tu lo veías.. Tengo miedo de quedarme en eso, en algo de los no cuerdos. Tengo miedo de no poder verte a ti, a mi, de morir. Tengo miedo de las cadenas que me atan hasta el fin. Pues estoy muerta en vida sin salidas, vaya tragedia de vida. Estoy atada a un tal vez, a un quiero saber, pero no puedo reconocer. Estoy atada a un ¿cuando te volvere a ver? Y la impaciencia me mata el ser. Estoy harta de verme caer. Estoy harta de dejar de ser, yo misma, o hacerme otro parecer. Estoy harta de lo poco que me dais, que me amais. Estoy harta de vuestra forma de cuidarme, de protegerme y si acaso eso es amarme. Estoy harta de estar aqui, sin mi, sin lo que quiero aqui. No se si mi tal vez es cierto, si mi fantasía no se qiedará en una vieja melodía de las que ya nadie conocía, o si tal vez salte a la fama, para hacerme sentir halabada. No se si tal vez todo ira bien, o si la muerte me espera por doquier. No se si tal vez, solo se dedican a joder. No se a quien hablo, ni se lo que es el querer. No se que hacer, con mi vida, con la tuya, con esta amarga condena. No se como volver, a lo anterior, al calido abrazo, al amor, al corazón.. Dile a mi organo vital que deje de resistirse, de estar triste. Dile que venga junto a mi, que no se quede alli, pues ya ni le siento el latir. Dime destino, que me depara este camino, donde he tropezado, mi cuerpo he anclado, en presion, donde no existe el calor, donde me muero de dolor. Dime si acaso algun dia sabre lo que es volver a la razon, si acaso, pronto, podre acojer a mi amor. Yo no pido nada a la suerte, lo siento, pero tengo siempre a mi mala suerte pendiente. He tratado de rezarle a un dios, pero creo que no tengo perdon. He tratado de gritarle al cielo un por favor, pero tormentas en mi interior recibi como consolacion. He intentado rogarle a un hipotetico, que me ofrezca algo rico. Le he rogado a los suelos, y a cambio he recibido desconsuelos. Y le he rogado a Cupido, dios del amor, y aun sigo esperando que haga volver a mi corazon. Me he rogado a mi, a quien esta aqui. Me he acuchillado, yo misma me he matado. Con el asco que me doy, por no saber ni a donde voy. Y ahora, no me queda un saber, un conocer, ni un tal vez. Me queda una duda que yo que se si acaso respondere. Me queda un no puedo aguantar, ya no se ni rimar. Me queda una desesperacion, junto a una carta de amor, una suplica de perdon, un adiós.. Me queda la esperanza de que la vida no me pida venganza. Se que no todo lo hice bien, que tal vez falle, que abandone, pero.. Quiero poder. Quiero ser normal, como todas las demas. Quiero que me traten como a una mas. Quiero poder respirar. Quiero quitarme esta cadena, porque esto incita a que me corte las venas. Y no, no quiero volver, menos teniendole a el. No quiero regresar, a la oscuridad..A donde estoy ya. Estoy perdida, ya ni veo, no se salir ni morir..Solo estar aquí.

martes, 1 de enero de 2013

Oscuridad de la noche.

Y ahora cada noche, las pesadillas me acompañan, me buscan, me extrañan. Cada noche me vienen a decir un hola por aquí, y lo peor es que así yo siento el sufrir. El no tenerte junto a mi, el amarte hasta morir. No entiendo el por qué no me dejan vivir; el por qué tras cerrar los ojos no puedo desaparecer y morir. No comprendo mi propio existir. Antes, bellas melodías me adornaban mientras que dormías, en cambio ahora, todo empieza dulce en mis sueños con tu compañía, pero acaba acabandome la vida. Hoy por ejemplo, soñé que venías aquí, junto a mi. Siendo la noche pasada, de repente te encontraba. Y alegría, vaya vida más feliz me darías. Entre tus besos de esos que no saben dejarme cuerdo, entre tus caricias por mi cabello. Y así, teniendote en mi existir, te dejé muy pegadito a mi. Pero pronto de posó el invierno, los cuerdos, y tu dejaste de darme besos. Así como si ya no quisieras más, como si fuera el cupo final. Yo te abracé, te necesité, a tu corazón busqué, y para nada encontré lo que siempre quise tener. Ese latir eufórico, convertido en un descanso. Pues no sé si ya no había ilusión, o es que tal vez te habías aconstumbrado a mi calor. No lo sé, solo sé que se acabó la canción. Tu mirada de enamorado, que antes en mi te quedabas anclado. Ya no te veía, aunque te tenía. Ya no sentía tu amor, toda la llama me había dicho ppr tu parte un adiós. Y yo allí, entre tus brazos pero sin ti. Sintiendo el frío del lugar, la distancia que se intensificaba hasta un nunca jamás. Hasta que valiente de mi, te miró a ti, en busca de lo que antaño llegaste a seguir. Todo, nada, de nada, monada. Ya no estaba tu sonrisa, la forma en la que me acariciabas sin risas. Solo estabas tu, tu cuerpo, tu rostro presente. Estúpida de mi que creía que pudieras dejar de quererme. Estúpida de mi que me hundí nada más verte así. Estúpida de mi, pues pronto descubrí que soñaba de nuevo con el olvido de no tenerte aquí. Estúpida de mi, que se que lo nuestro durará sin fin. Cuando desperté, te busqué junto a mi. Busque encontrar tu cariño, tu sonrisa, tu respirar, tu amor por aquí.. Esperé algo que por el momento sé que debo esperar. Pero no tengo miedo, ni creo en el olvido. Si las pesadillas me atormentan, es porque sé que solo junto a ti me siento vivo. Y maldeciré al destino, luchare por lo que ambos sentimos. No pienso alejarte de mi camino. No tengo miedo de lo que ambos podamos sentir, no tengo miedo de luchar por ti. No tengo miedo, he mandado al olvido lo que un día me dijo "no puedes" el destino. Soy valiente, aunque una cobarde demente. Pienso borrar todas las pesadillas, las veces en las cuales me creo que en la realidad venían. Pienso seguir junto a ti, hasta el morir. Haría lo que fuera por verte sonreír.
Llega un nuevo año, en el cual no voy a aceptar los daños. No voy a aceptar un nunca más, un te prohibo hasta reapirar. No voy a aceptar nada que me oblique a quedarme en un sitio que no es mi lugar. Diciendole adiós al año anterior, y un "bien"venido al presente, también le quiero indicar que tengo muchas cuentqas pendientes. Muchas cosas que hacer, que quiro promover; muchas injusticias que quiero dejar de ver. Siendo sincera, estoy harta de toso lo que implica el querer; el de por ello, obedecer. Estoy harta de que cuiden de mo, de que me traten como si niña fuera hasta un sin fin. Estoy harta de estar aquí, de no poder tener a la felicidad ni ver. Estoy harta del existir. De la Navidad, y de las veces en las cuales odio el vivir. Estoy harta de no salir, de estar encerrada aqui. En esta puta condena, que me atrapa entre unas absurdas cadenas. Y todo por amar, por dejarme adorar. Todo por algo que nunca podran apreciar. Todo por algo que odian de mi estar. Lo siento mucho, pero año nuevo, vida nueva, todo de nuevo. Para ellos voy a cambiar, como el Corte Ingles en Navidad. Acojed a la rebelde, que ahora vais a conocer a una chica fuerte. No pienso dejaros caminar, empezad a adorar como era anteriormente, a pesar, de que poco servirá. Como sigais así, muy pronto lamentareis el existir. Y no es una de esas amenazas que yo tanto sentí, si no un consejo, algo de ti para mi. Y es que estoy cansada de pagar así; si es que no hago nada, y mirame, aquí..Mientras que uno rie, una lágrima, mientras que alguien sonríe, una muerte. Y mientras tanto yo aquí, ni teniendome a mi. Ni sabiendo como sonreir, llorar, reir, o morir. Sin saber que me depara el estar allí; sin conocer otra vida por el momento más que resistirme a ser feliz. Pues se ha acabado, me he revelado. He tomado mis armas de guerra, este año lo dejare todo atado. Indicaré que nadie puede venir a por mi, que no deberían encerrarme aquí. Indicaré nuevas leyes sin fin, incluso sentire las ganas de morir. Todo lo que me proponga, lo conseguire para así, resistir. Así que atentos, que esta pequeña tiene algo que decir. Tiene mucho que sentir, aunque vosotros penseis que es como todos por aquí. Tiene mucho para ti, para mi, y para cualquier. Tienemiedo de que todo se quede así. Y esta pequeña llora deaconsolada al ver qur el mundo se lo hace grande al fin, cuando sus armas tienden a desistir. Y esta pequeña ya no sabe que hacer para seguir en el existir; pues debe ganar la guerra que comenzó con el morir.