viernes, 21 de junio de 2013

El baile contra la muerte.

Las agujas del reloj avanzan, como si acaso estuvieran en una danza. Van rápido, alocadas, no se les ve cansadas. Y yo que hace tanto que dejé esta melodía apagada...
En cambio, cada día la vida me trae una nueva cuartada; un nuevo baile, la fiesta constante no acaba. Sé que no me gusta todo cuanto me depara, pero he de pensar que no es todo tan malo lo que me ampara, y que algún día, llegará ese baile que tanto practicaba; cuando el tiempo avance, y no sienta las horas constantes, cuando por fin el calme me cure los instantes. Cuando al fin conozca la coreografía sin fallarme, y las miradas no me recuerden lo lejos que está a mi alcance el hecho de dejar de ser cobarde.

Tengo momentos donde creo que sé mantener el baile, instantes donde me convierto en la protagonista de este trance; aunque todo suele fastidiarse, y el ritmo no quiere pararse. Menos esta vida, que avanza y alcanza, momentos que de verdad provocan añoranza. Menos este reloj; páramelo y haz que esta sea mi última canción, que la muerte sea dulce y de buen sabor.
Pero sé que ese momento no ha llegado, los ángeles del pasado han venido para recordarme que ese momento debería de ser lejano; los ángeles que tanto amor me han dado, y me han guiado, como olvidar sus palos...

En mi vida, he conocido a muchos ángeles; algunos solos me han dejado, otros, mi corazón han cautivado, en cambio, algunos de ellos me han corregido malos pasos que he dado. Y ahora, en esta danza que para nada se ma alcanza, más de uno me acompaña, agarrándome cuando un paso se me atraganta.
Ahora, quiero hablar de un héroe anónimo, que sin saberlo, tantas veces me ha girado, y ha convertido en bueno momentos malos. Ahora, quiero confesar que se puede salir del pecado, y que a veces, el esfuerzo no es en vano. 
Hablo de esa sonrisa, que me balancea con sus risas, y su forma de afrontar las malas caricias. Hablo de un amigo, más que amigo hermano, más que hermano, acompañante de esta vida desde el pasado. Hablo de alguien que me ha llenado, con sus cariños, cada uno de sus guiños.
Tengo miles de malas actuaciones, caídas por los salones, pero ante todo, él me levantó mientras que resonaban esas canciones. Malas canciones, que para nada me han traído flores, en realidad, malas situaciones.
Pero en mi baile constante contra la muerte, sus manos me llenaron de suerte. Pero en mi baile constante contra el destino, gracias a que él vino, supe superar eso de que debo seguir vivo.


Y bueno, sé que siempre le he tenido a mi lado;  a pesar de que en el pasado quería bailar sin nadie en mi estado. Pero ahora que he madurado, y he comprendido que es el cariño quien no conoce el mal ritmo, admito que le quiero siempre aquí conmigo. 
Entre sus brazos he formado grandes lazos, y aunque el futuro aún no esté formado ni con simples trazos, le adelanto que todo perdería el encanto si me dejaras en el llanto.



Y mientras que  estéis a mi lado, seguiré danzando. Mientras que no me dejeis sola con todo lo malo que me han dado, lucharé y acabaré con todo el pasado. Mientras que ángeles impulsen mis pasos, me olvidaré de todo lo que me han dado; y al fin venceré a la muerte, demostraré que le tenía cuentas pendientes, seré más fuerte, y conoceré lo que es poder ir a corriente, abandonaré el miedo, y podré decir que no te echo de menos. Y podré admirar que el tiempo es algo bueno...
Podré darte todos los besos que te debo.

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