viernes, 28 de septiembre de 2012

Si tú naciste por mí, indícame qué hago aquí.

A veces  no puedo llegar a comprender el por qué estoy aquí, el para qué llegué a existir. Quizá el destino es que lo quiso así, y por ello me siento obligada a seguir, pero en cierto modo ya no quiero ir hasta un sin fin. Viva a la mala suerte, al no poder tenerte, y al miedo que me ocasiona todo cuanto debo deberte. Viva a las despedidas, a esas veces en las cuales me sentía viva. Quiero comprender el por qué, aunque quizá no lo debería saber. Quiero poder entender aquello cuanto soñé, y para nada temer a la oscuridad sin conocer. Quiero saber, el por qué tú me decidiste tener. Bien yo sé, que no me querías ni ver, que con una ya tenías hasta para devolver. Bien yo sé, que no te hacía ilusión tener entre tus brazos otra vez, aquello con lo que yo ahora tanto soñé. Quizá con un pacto, un tratado con lo que Dios no dijo en alzado, que decidió crear un paso a un futuro cercano, para traerme a tu lado. Así ocurrió, y así sucedió. Tu con otro, haciendo el amor. Perdiéndote en su cuerpo, sintiendo la pasión. Lo siento, pero no puedo imaginarte en esa situación, con quince años menos en tu corazón, con menos experiencias al cajón, con el amor plantado allí donde nació la comprensión. No quiero imaginar tus gestos, como disfrutabas de su cuerpo. Y menos, como decidiste que apareciera en tus senos. Debería pensar, que aquello que hiciste fue algo lindo en verdad, pues así me decidiste crear, pero comprende que por el momento para nada podría imaginar, cuanto debiste de disfrutar, para ahora sufrir sin parar. Por que en parte es así, ¿verdad? Tan solo te ocasiono mal. Nací sin problemas, con problemas crecí. Tierna infancia, dulce etapa, en la cual tu me amabas, me adorabas. Como una muñequita me tratabas, pero no por la belleza, si no por como me manejabas. Cierto es que aún no tenía capacidad de decisión, que tal vez temía al sol, al crecer y al propio latir de mi corazón. Cierto es que quizá tu lo hacías con amor, y tratabas de llevarme hasta un buen rincón. Pero la infancia pasó, y con esto te traje la desilusión. Bien cuando llega la conciencia, solo existen las ciencias, y la comprensión ante cada situación. Y vaya, tú nunca has cumplido esa labor, expecto la única vez que te hablé de corazón. Debo de confesar que como mí no hay dos, y que eso de llorar entre los brazos de alguien que un día fue como un Don, debe llenarle como a mi bien me llenó. No debe ser fácil comprender que la muerte para mi hubiera sido la mejor solución, pero cierto es que en parte sé que tu me quieres, o al menos eso decía la canción. Ahora voy a serte sincera, necesito un poco de tu amor en mi acera. Y comprender por qué un día destruístes demónios para mi, y ahora me dejas así; llena de miedos y de metas a cumplir, con sueños en un sin fin, sin muchas personas que me quieran aquí. Aún no puedo llegar a entender por qué llego a existir. Supongo que tendré una tarea aquí, para luego morir. Pienso que lo más maravilloso es sentir que algo gracias a ti a tenido fin, o a comenzado, o simplemente sentir que se a empeorado. Aunque en el último caso, más que maravillado te sentirás dañado, pero al menos habrá una marca de ti en ese pasado. No todo lo malo es malo, ni lo bueno es tan bueno como para alcanzar el cielo, eso solo son cuentos de los buenos. No existe la verdad, ni las ganas de fallar, solo la realidad. Mi realidad que no es la tuya, que cambia cuando siento tu mala amargura. Necesito verte feliz, sonreír, y que algún día me explique qué debo hacer aquí. En parte, por ti fue mi existir, ¿por qué no me indicas el que me enseña el sufrir, el qué debo cumplir? ¿Por qué acaso, cuando te necesito, no estás aquí?

lunes, 24 de septiembre de 2012

Vence a la muerte, sé más fuerte.

Una vez que abras los ojos y seas capaz de mirar al frente, bien comprenderás como te sientes. No debes morir mil veces, resucitar para luego volver a perderte. Ponte en pie y comienza de nuevo tu danza contra la muerte, baila al son de lo que opina la gente. Y con las virtudes al acecho, devora a todo aquel que se haga el estrecho. Mueve tu cabello, tu cuerpo, date un poco de desenfreno. Y muéstrale a la vida que le mundo es bello, que ya es demasiado tarde para que solo sea un juego. Que a veces lo malo llena todo lo bueno, pero que tú misma eres capaz de lograr todo cuanto quiero. Saca tu mejor arma, el quererte cuando encuentras la calma, cuando no está saciada tu garganta, y ataca contra ese dolor que se te atraganta. No vuelvas nunca más, a dejarte influenciar, a luchar por lo que un día los demás te llegaron a negar, o la muerte vencerá. Baila a su son, demuestra al mundo que para ti brilla el sol. Y observa como tu cuerpo cambió, como todo en ti se desfiguró. Fíjate en la tristeza, en como tus ojos rezan, pidiéndole ayuda a un Dios, a uno de esos que jamás obtiene perdón, uno de esos inventados con el corazón. Saca tu mejor vestido, esta noche te irás al olvido. Píntate, maquíllate, quizás no te vuelvas a ver. Y mírate al espejo, reconoce que no esta ahí lo que antes se encontraba en tu reflejo. Recorre lo que visualiza tu mirada, recuerda cuanto sentías que te faltaba. Péinate el cabello, ese que algún día te llegará hasta el suelo. Toma un último consuelo, que necesitarás bastantes fuerzas para esta danza contra el fuego. Déjate caer, pero no vencer. Miles de sombras marchitas, cubren ahora tu cuerpo de revista. Voces en tu cabeza, recordándote cuanto lejos de ti está la belleza. Lágrimas saladas, de nuevo la rabia desatada. Abrázate a ti misma, húndete en tu propia miseria. Y quiérete aunque no puedas, lucha por volver a ser aquello que antes eras. Sécate esas lágrimas, borra la tinta salada que se te quedo marcada, y nunca más tengas miedo de aquello que tu espejo te muestra cuando no existen los cuerdos, cuando la melancolía es lo mejor que tendrías, cuando la ausencia del cariño no te dejaría ni hacer poesías. Levántate del suelo, por mucho que temas volver a la ausencia de nuevo. Siente como te fallan los sentidos, como los mareos nunca por tu culpa se irán al olvido. Y de nuevo, obsérvate, y mira lo que has hecho contigo. Te has destrozado, aunque tu no lo hayas querido, por todo aquello que un día vino. Has hecho cambiar tu destino, y destrozar las páginas de lo que un día vino. Acoge a la felicidad, deja eso de no comer más, y vuelve a tu estado normal, a prosperar; esta noche debes arrasar. Limpia tu rostro, ese que se ensució por los malos escombros. Obsérvate otra vez, odiate como bien sabes hacer. Y escucha que la luna ya ha hecho lo que tenía que hacer, como las estrellas te susurran que debes crecer. Esboza una sonrisa, que la vida no está para vivir con prisas. Disfruta de la tristeza, vive una nueva vida de destrezas. Y comienza a caminar, avanza hasta el final. Esta es tu noche, tu terminal, y debes arrasar. Comienza a prosperar hasta llegar, a la danza con la muerte que nunca podrías haberte llegado a imaginar. Observa ese plato posado en tu altar, esperando a que tu cuerpo reaccione una vez más. Observa a otra lado, a las sombras tentar, escucha sus gritos, su histeria al contemplar, que por fin tu encontraste al final, que venciste a todo el mal, pues por fin te decidiste alimentar.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Mírate de frente, piensa que estas a punto de acabar en la muerte.

Abre los ojos, mira hacia el horizonte. Y dime bien tú qué es lo que sientes, que es lo que tu belleza esconde. Levantate y se fuerte, danza junto a la puerte. Comienza un nuevo día, no esperes las buenas melodías. Ponte en pie, no te dejes caer, observate otra vez. Gírate, y contempla todo lo que ves, tu cuerpo ante esa realidad que pocos ven. Observate, intenta encontrar que todo va bien, aunque sé que esto nunca terminará por suceder. Gira otra vez, vuelve a renacer, admirate, aunque no lo sepas hacer. Desnúdate, vivelo todo al cien por cien. Contempla tus formas, todas esas que ahora son sombras. Ve a buscar tus relieves, aquellos que conquistarían si es lo que quieres. Admirate, déjate ver, que el mundo no se va a caer. Anima esa cara, que la vida esta muy cara. Te miras indecisa, te balanceas entre mil brisas. Y con el estomago sin ningún alimento, soñaras ser la reina de un cuento. Te observaras bella, siempre y cuando alguien te quiera. Con el hambre al acecho, los desmayos en regreso. En cambio, con las necesidades saciadas dudo que te quiera tu espejo, y así no aceptaras a tu reflejo. Cada vez querras mas, abusar para al final quiza estallar. Querras superar, verte mejor de lo que estas. Pues ya nunca mas veras tu realidad, solo una venda que seguira y seguira. Pues ya jamas te querras de verdad, pues temerosa querras tan solo adelgazar. Y ya, no disfrutaras de los topicos, viviras el nunca mas, y no permitirás que lo bueno este por llegar. Tu misma te amargarás, como solo pienses en gustar. Pues lo creas o no, no ves la realidad, siempre estas bella por igual, y el físico no es mas que una mezcla, que mas da, que a algunos les llegaa a gustar, que otros opinen que solo eres una mas, si tu te quieres de verdad. Lucha y lo conseguiras.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

El verbo amar ya no es suficiente para cuanto siento en mi estar.

Siento necesidad del acariciar tus manos, de llenarte de mis ánimos, de devorarte en tan solo un instante. Y si la distancia es el olvido, aún no entiendo por qué te siento aquí conmigo. Si las promesas jamás se las lleva el olvido, ¿por qué se supone que estoy contigo? Pues a pesar de todo aquello que me niegue nuestro camino, tú mismo me has demostrado que eres lo que siempre he querido. Lo que siempre he querido, nunca he tenido, hasta que has aparecido. Y yo te quiero, con la distancia y sin ella,  con fuerzas. Te quiero por lo que has sido, te amo por como estás conmigo. Te adoro por cuanto hemos vivido, te deseo por todo aquello que nos depara nuestro destino. Y ¿sabes? Estoy deseando tenerte aquí conmigo, abrazarte y irnos juntos al olvido. Susurrarte que eres lo mejor que he tenido, que nunca temeré un mal si es contigo. Quiero besarte, y hacerlo mil veces mientras que estés delante, saborearte, y perderme por cada una de tus partes. Devorarte y amarte, saber que te tengo delante. Que lo que vivimos no esta perdido, que aún te siento conmigo. Que lo mejor de todo, es que estás vivo. Que allí, en la distancia, no me tienes en el olvido, que me recuerdas y sonríes siempre que te escribo. Que allí con todos los kilómetros me sientes contigo, sueñas con abandonar este mundo y dejar fuera a los testigos. Testigos de nuestro amor, de cuanto ocupas mi corazón. De que gracias a ti, ya no conozco el verbo temor. De que gracias a tu amor, deseo incumplir aquello que un día prometí. Pues cierto que no quería nada más así, pero por ti me arriesgaría si hace falta hasta morir. Tú bien dijiste que nunca me harías sufrir, que todo tu amor sería para mi. Y ahora, eres mío, y yo claramente tuya. Y ahora, gracias a ti sonrío, me siento única. Ahora recuerdo lo vivido, cuantas veces te he sentido, y enloquecen todos mis sentidos. Quiero oírte respirar, sentir tu aliento al hablar, contemplarte sin parar, besarte hasta dejarte sin respirar, acariciarte una vez más, susurrarte que te amaré hasta el final, y que el final nunca estará por llegar, pues contigo siempre quiero estar. Quiero amarte una vez más, y cada día más.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Y yo sé perfectamente quién es él, como sonríe sin querer.

Tengo miles de razones para adorarle, aunque tu quizá opines que no son legibles pues en algunas de ellas no te tenía delante. Tengo un millón de excusas para amarle, y para expresarle que lo que siento dudo que algún día encuentre un calme. Tengo millones de ganas de abrazarle, aunque sé que por el momento aún no esta a mi alcance. Y bien yo sé, que muchas le querrían a él, pues por su forma de ser podría hacer enloquecer a cualquier mujer. Y bien yo sé, que quizá algún día esto pueda suceder, y miles de sentimientos saldrían a florecer. Bien yo sé que le amo a él, a pesar de que el viento me niegue que debo quererle sin saber, a pesar de que algunos me nieguen todo cuanto sé, a pesar de que a mi lado no le pueda tener. Conozco bien esa sonrisa, como sabe acariciarme sin prisas, llenarme de esas caricias. Conozco todas sus miradas, y la forma en la que me agarra cuando el mundo se nos declara. Conozco todo cuanto le depara, y como me habla cuando el mal nos ampara. Que no es que haya despertado junto a él, pero que me alegra cada amanecer. Que no es que ahora le pueda ver, si no que le siento sin querer. Que no es que la diferencia de edad se pueda ver, si no que nos sentimos como unos niños cuando nos tratamos una y otra vez. Que la confianza es grande, y el amor pasable. Que no es que me haya hecho tan solo sonreír, es que me hace feliz. Es que conozco cada una de sus expresiones, la forma que me abraza cuando no existen las canciones. Conozco que a su lado no existe el mal, que seguramente no tendremos un final, y si es así por el momento no quiero opinar, pues estoy enamorada sin parar, le siento en mi estar, en mi forma de pensar, gracias a él por el momento puedo continuar. Recuerdos de él jamás los podría olvidar, y por el momento los llego a adorar. Sé como te sientes al pensar, que está a tu lado, que te encuentras en su estar, abrazada por sus brazos sin parar, en un buen lugar, llena de su cariño hasta el final. Que me he encontrado allí donde ahora quiero estar, pegada a su cuerpo, sintiéndole el respirar, sin apenas ropa para tapar, casi sintiendo a su corazón gritar. Que a su lado no he encontrado ningún mal, más que nerviosismo y ganas de continuar. Que puedo narrar miles de historias sin parar, para hacerte entender que lo nuestro es algo leal. Que la primera vez que le vi por mala suerte le dejé pasar, pero me gravé su sonrisa, su rostro, y su forma de mirar. Otro día en el mar, él jugando sin parar decidí su atención llamar, y así poco a poco le conocí más, y entre sus brazos me perdí al una buena excusa encontrar. Que sé bien que quizá yo no sepa amar, que sea muy joven para comprender lo que es quererle hasta no respirar, pero por el momento siento que ya no quiero más. Más que conocerle más, que dibujarle primaveras cuando esté a mi estar. Más que hacerle despertar, que dormir entre sus brazos y allí vivir. Más que comprenderle a pesar, de que quiera tenerle cerca, sentirle y quizás, aprender a amarle más, conocer sus defectos y que me guste aún más. Que recuerdo todos sus besos, aunque no fueran de esos que nos dejan poco cuerdos. Tengo deudas con su espalda, por todas las caricias que aún reguardan. Tengo deudas con sus labios, pues a pesar de nunca besarlos quisiera perderme y amarlos. Tengo deudas con sus manos, por no aún haberlas agarrado. Tengo deudas con sus brazos, por todos los abrazos que le hubiera dado. Tengo deudas con su cabello, por revolverlo y peinarlo tantas veces como quiero. Tengo deudas con su cuerpo, por adorarlo sin quererlo y esperarlo sin poderlo. Tengo deudas con sus palabras, pues también debe oírlas de mi garganta. Tengo deudas con tu sonrisa, pues la mía cada vez más grande se vuelve por la alegría. Tengo miles de razones para adorarle, un millón de excusas para amarle, tengo millones de ganas de abrazarle, y miles de deudas que aún debe reclamarme, pero por el momento le diré que lo mejor que sé hacer es demostrarle, que a pesar de que no le tenga delante le amo como a nadie.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Retoca la historia.

Toma tu mejor arma de guerra, aunque aún tu mismo no conozcas ninguna. Mira al sol, recuerda cuantas veces perdiste a tu querido corazón. Ataca sin temor, lucha por todo aquello que un día falló. Y nunca quieras olvidar cuantísimo amor perdiste en medio de aquella canción, de toda aquella poesía que el pulso no perdió. Siéntete orgulloso de ese título que Dios te dio, acaba con todo aquello que el mundo perdió. Y muéstrate a ti mismo que eres un campeón, que siempre piensas con el corazón. Ataca y lucha por lo que un día el mundo te ofreció, rompe todo aquello que el mal creó. Y con gritos de dolor, vence y dispara más allá del amor, de los kilómetros y de la desilusión. Acaba con todo aquello que un día te causó ese dolor, derriba cualquier obstáculo de tu estación. Sangre cubre todo alrededor, en la muestra de como acabaste con tu mal amor. Saca la envidia, todo aquello que le dirías, ve a por donde un día se quedó tu melancolía, y descarga todo aquello que ahora harías, ataca contra su cuerpo hasta solo dejar la sangre fría. Un tono rojizo se desvía, en tu rostro ahora que para nada creo que ya sonría. Aquel amor al cual tanto querías, yaciente sobre la acera que ya apenas sentía, aquellos culpables de lo que un día un fallo cubría tus noches frías, muertos sin ya poder tener un último cuento. El mundo vacío, sin ya todo aquello que un día te hacía sentir vivo, que te traicionó amigo mío, hasta convertirse en ahora tu cruel castigo. Siéntete orgulloso de ese título que Dios te dio, acaba con todo aquello que el mundo perdió. Y muéstrate a ti mismo que eres un campeón, que siempre piensas con el corazón. Ataca y lucha por lo que un día el mundo te ofreció, rompe todo aquello que el mal creó. Y con gritos de dolor, vence y dispara más allá del amor, de los kilómetros y de la desilusión. Acaba con todo aquello que un día te causó ese dolor, derriba cualquier obstáculo de tu estación. Las lágrimas de dolor ahora nunca abandonarán tu corazón por todo el daño que tristemente ocurrió. Recuerda que luchaste de corazón, que venciste a todo aquello que superó al amor. Que mataste para volver a hacer posar el sol, el sol que siempre se había mantenido en tu estación. Y borra la sangre y el dolor, los gritos y la histeria, el arma que tanto mal causó, borra todo para comenzar una nueva canción. Comienza de nuevo con una buena acción, en un mundo que ya jamás volverá a tener color. Por tu culpa soldado, la felicidad se ha quedado a un lado, por todo aquello que un día la depresión te mantuvo atado. La sangre no se va de tu lado, sus rostros llenos del espanto. Camina y lucha, supera hasta que consigas la escucha. De un nuevo pasajero, un amor verdadero, que te perdone cuantas muertes causaste por tu miedo. Esconde tu arma, lucha sin ninguna escucha. Con lágrimas de dolor suelta un grito de tu garganta, recuerda que ya la claridad no te hará falta. Siéntete orgulloso de ese título que Dios te dio, acaba con todo aquello que el mundo perdió. Y muéstrate a ti mismo que eres un campeón, que siempre piensas con el corazón. Ataca y lucha por lo que un día el mundo te ofreció, rompe todo aquello que el mal creó. Y con gritos de dolor, vence y dispara más allá del amor, de los kilómetros y de la desilusión. Acaba con todo aquello que un día te causó ese dolor, derriba cualquier obstáculo de tu estación. Lleno de los obstáculos que el pasado te dejó, recompone tu vida ya que puedes campeón, lucha sin violencia y ya no vuelvas a mirar al sol, no pidas ningún consejo a Dios, o de nuevo ocurrirá lo mismo que en tu anterior canción. Encuentra tu lugar lejos del amor, olvida todos esos gritos de dolor, lávate bien el cuerpo por favor, y no vuelvas a caer en la más triste tentación. Aunque ahora, ya te hallas acostumbrado a acabar con todo aquello que el mundo perdió, con todo lo que te causó dolor. Yo mientras tanto, seguiré esperándote en mi estación, a ver si algún día se cesa tu dolor, o en cambio mi vida se resume en un adiós.

martes, 11 de septiembre de 2012

Y estés donde estés, te quiero tener. Poco me importa que algún día pueda venir un oscurecer, estando a tu lado lo malo no lo puedo ver, pues tu me llenas de todo aquello que tanto soñé, de alegría otra vez. Gracias mi vida por hacerme renacer.

Vive el carpe diem.

Sonríe y dale gracias a la vida por sentite viva. Lucha y dile adiós a las melancolías, olvídate de todo aquello que te decían, que estás bien bella todos los días. Alégrate la vida, corre a vengarte de todas aquellas noches frías. Y olvida a todos aquellos que no te querían, pues no te hacen falta para seguir tu camino. Ponte bien guapa, no dejes de prosperar que si no las cosas se te escapan. Vive la juventud, y no pierdas más la luz. Que no te hace falta prosperar, pero tampoco buscarte un final, quédate donde estás, disfruta que ya algún día otras cosas vendrán. Y no quieras correr, pues todo se tendrá que acabar. La juventud es el mejor regalo, el más leal, pero tiene fecha de caducidad. Así pues agarra bien todo aquello que te dirán, lo malo tiralo sin más, y quédate con las poesías, todas las melodías. Recuérdales a todos aquellos de la envidia que eras tú quien decidía, que nada importaba lo que te decían. Y cómete todos tus miedos, desayúnatelos a besos. Píntate los lábios y no dejes a ninguno cuerdo. Sal a sonreír, a ver que no existe nada malo aquí. Que la vida es muy corta para dejarse ir al sin fin, para no ser feliz. Que hay mucha cosa bella aquí, mucho por existir. Que hay muchos males por venir, pero no dejes que sea así. Saca tu mejor arma, y lucha por encontrar la calma. Que la adolescencia no es una mala etapa, eso son malas anécdotas narradas. Que las lágrimas no se te escapen, que te se corre todo el maquillaje. Que a pesar de todo, estás bella de todos modos. Que por mucho que lo nieguen, tu tienes más de lo que quieres, aunque parezca que todo esta lleno de los relieves. Muéstrale a la vida que tu puedes, que por muchas putadas que haga tu eres más fuerte. Vive tu tópico, dale a este la buena suerte. Y confía en todos aquellos que te querían, aunque ahora ya ni te pregunten por aquel vestido que tan bonito te venía. Aprovecha antes de que lleguen las noches frías, antes de recordar todo aquello que te decían, antes de que te des cuenta de que todo es una gran mentira. Antes de que el tiempo se consuma, y haga que de tu bonita primavera no quede más que un invierno en tus suelas.

Ya nada es igual, por mucho que ahora quizá seas tú quien no quiera un final.

Te he debido de olvidar, pues te he ido a buscar allí donde deberías estar y ahora no queda nada ya. Todo ha debido de acabar, pues lejos te he sentido al respirar, fuera de mi corazón ya estás.  Ya no he temblado al pensar en que me dirás, en que pensarás cuanto te cuente que ya nada es igual, que el amor ha tenido un final, y que para nada deseo prosperar. No quiero recordarte al andar, ni llorarte otra vez más. Ya no quiero recordar tu quizás, ni las veces en las cuales parecía que me querías de verdad. Ya no quiero soñar, ni darme cuenta de que lo real en este sitio ya no tiene un lugar. Darme cuenta de que lo tuyo fue tiempo atrás, una pérdida sin más. Y reconocer que para nada te quiero ya, que ya no te volveré a soñar, a esperar o a añorar. Que ya nada volverá. Que mi amor por ti ya no está, que hace mucho tiempo que ni me importa tu respirar. Ni el cómo te va, ya ni me pregunto cómo estarás. Pues sé que ya no hay nada de ti en mi estar, que ya estás fuera de lugar. Y por fin, ocurrió lo que quise en un sin fin, el ya no tenerte aquí. Aquello por lo que tanto dí, por lo que ahora ya no eres nada para mí. Y aunque debería quizá estar triste no es así, pues siempre soñé con vivir. Luchar y prosperar, que ya todo me de igual. Apreciar la vida y valorar, que ya lo que menos me importa es tu estar. Sonreír hasta morir, vivir el tópico que elegí. Y saber que todo lo que sentí, ha vuelto a resurgir, pero no hacia a ti. Que el amor se posó aquí, con ganas de sentir. De adorar y amar, de despertar de tu cruda realidad. Pues tu ni existes, solo me produces este amargo sabor triste. Pues tu ni me quisiste, tu tan solo me mentiste. Y aunque sé que ya no debería hablar de ti, déjame decirte algo aquí; que gracias a ti perdí mis ganas de vivir. Y siento soltarte esto aquí, explotar como tantas veces sentí. Siento revivir, pero debo demostrarte que para nada te quiero ya aquí. Que ya no me importa si piensas en mi, que mejor te quedes lejos y no vengas a donde te prometí. Prefiero que te quedes allí. Con la distancia y las mentiras, las desilusiones y nuestras caídas. Prefiero que ya no recuerdes más todo aquello que decía, cuantas veces te pedí un poco de melancolía. Prefiero que ni recuerdes cuando no existían los cuerdos, que era de nuestro amor, el cual ahora está por los suelos. Prefiero que me olvides, que ya nunca m´sa me mires. Y como ahora he crecido, debo contarte la verdad, que te quise sin parar, que te amé hasta haber renacido, pero que ya no queda tiempo para todo aquello que habríamos vivido. Y ahora brindo, por lo bueno y lo malo, por todas esas cosas que nos dejamos en el pasado. Dile adiós a todas esas promesas que me has dado, pues ahora mismo las expulso yo como siempre quisiste que hiciera y viviera con ese pecado. Despídete de mi cuando volverás, de mi cómo estás. Pues ya nada más de mi sabrás, a no ser que me vuelvas a buscar. A no ser que seas tú quien me haga contestar. A no ser tú que me demuestre de algún modo que me amabas de verdad.

lunes, 10 de septiembre de 2012

No tengo miedo al tenerte.

Te quiero, de aquí hasta llegar a la muerte, poco sería para mi el precio por el cual tenerte, pues lucharé con uñas y dientes, no me importa donde estés, mi mayor deseo es poder acariciar tu piel y adorarte mientras duermes, mecerte una y otra vez, llenarte de susurros y estremecerte sin querer, morirme al saber cuanto podremos tener, cuanto nos amamos sin saber, conocer cada centímetro de tu piel, sonreírte hasta el amanecer, mostrarte que nunca llegará un anochecer, que el miedo nunca sabrá como aparecer, que a tu lado me es muy difícil entristecer, pues contigo ya ves, tengo todo lo que un día quise tener, a mi lado aunque nadie te ve, con la distancia que nunca quisimos poseer, con la que yo un día pequé, con todos estos motivos por los que ahora te esperaré, hasta tenerte entre mis brazos otra vez, abrazarte y perder, el miedo y la vergüenza a la vez, ganar todo aquello que vamos a tener, un futuro a tu lado como siempre desde hace un tiempo quisimos ver, como hemos soñado hasta casi el amanecer, como tantas noches en vela nos quedan por comprender, y ahora yo a tu lado debo decirte qué, nunca fuiste lo que busqué, apareciste sin más en mi ser, y de ti me enamoré, como nunca jamás pensé, como ningún loco demente deseó, como ningún poeta aún narró.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Maldito destino, y bendita la suerte de que te tuviera aquí conmigo.

Recordar el tiempo que vivimos, y como ahora el cruel destino decidió alejarnos de nuestro camino. Se fuerte querido que yo lucharé por lo que un día tuvimos, a pesar de que por el momento sienta frío por no tenerte aquí conmigo. Quisiera abrazarte fuerte, acariciarte mientras duermes. Llenarte de poesias, adornarte con mis melodías. Y darme cuenta de lo bella que es la vida desde que gracias a ti sonreía. Morirme al pensarte, y resucitarme por sentirte aquí delante. Comerte a besos para darte el calme, y acelerarte el pulso por nada más sentirme en ese instante. Quererte hasta adorarte, y amarte hasta morirme por besarte. Acariciarte sin rodeos, con esos besos que tanto quiero. Tengo miedo, pero sé que lo nuestro es sincero, que nunca habrá un no en nuestro sendero. Y bendita la suerte, maldigo a las distancias que se formaron en nuestro camino, al no tenerte aqui conmigo, al no sentirte mientras que respiro. Sonrío solo cuando estas conmigo, y cuando no se me hace raro el continuar vivo. Y sé que esto no son más que palabras con sentidos, pero pienso demostrarte con hechos que yo esto antes no lo habia sentido, que deseo tenerte conmigo, que temo a las putadas del destino. Pero sé que no habra un nada que te separe de mi cuartada, pues ahora mismo me siento agusto atada, siendo tuya como tanto me encanta. Quiero verte y sentirte, recordarte y amarte hasta comprender que eres todo lo que me da el aguante. Quiero irte a buscarte, sin que nadie me lo oponga de aqui delante, para estrecharte entre mis brazos y besarte, saborear tus labios y morderte. Para morirme entre tus brazos si así lo quiere el presente, para resucitarme a besos de esos que no conocen los cuerdos. Quiero no dejarte marchar, que una vez que te tenga no se me vaya el respirar, que te quedes en mi portal, para cada día verte sin más, para despertarte con mil besos sin parar. Quiero un futuro que ambos ya decidimos buscar, y por muy lejano que este allá es donde yo quiero estar, a tu lado, no al de nadie más, para que mi presente y mi pasado no se queden detrás. Quiero prosperar, y olvidar los celos que le tengo a esos pasos que hay que dar, al viento porque a saber que te dirá, a todos aquellos que te pueden abrazar. Pero tranquilo, que algun dia te ire a buscar, para romper aquella maldicion con la que debemos cargar. Y tarde o temprano nuestra historia mil recuerdos tendra, y lo mejor, ningun final.

Escribe y no pienses en que te diría.

Cuando llegues a comprenderme quizá algún día podrás quererme. Cuando llegues a cuidarme en algún momento tu amor decidira adorarme. Pero por el momento lo siento, pero no vengas a ofrecerme tu aguante, pues te quiero lejos y no aquí delante. Cierto es que debo mucho que darte, pero que por el momento no encuentro como calmarme. Y olvidarme de ti, de todo aquello que debias cumplir. Eres de mi familia, por lo que se supone que siempre me apollarías. Pero veo que me he equivocado, veo que como siempre ya he fallado. Y lo siento, pero olvidate de un futuro a mi lado, en cuanto crezca abandonare todo aquello que ahora tengo al lado, el hogar en el que me has criado, para comenzar algo nuevo fuera del pasado. Y no es que no te agradezca cuanto de pequeña me has rezado, cuanto me has querido o cuidado, si no que parece que ahora todo eso se ha ido de lado. Pues no me comprendes, y ya ni hablamos. Y por muy idiota que parezca, debo decirte que ya no esta todo el cariño que me has dado. Que se ha esfumado, como yo pronto me habre borrado. Nunca habia hablado aqui de ti, pues siempre supuse que me apollarias hasta a un sin fin, pero con muchos miedos ya al cumplir abro los ojos y me doy cuenta de que no es así. Cierto es que esto ya me lo veía venir, que aunque me quieras nunca sera como yo a ti.

viernes, 7 de septiembre de 2012

No sé si sabías que ya no quiero tu compañía, que es él quien me guía.

Un día prometí que el frío nunca llegaría a los abrazos, por eso hoy tengo miedo de eso de ya no tenerte a mi lado. Siempre prometí que todo lo bueno no sería capaz de superar a lo malo, que como máximo se adaptarían a partes iguales para no llenarme de la melancolía, y pensando en esto recuerdo fácilmente como y cuanto te quería, y cuantas promesas a la vez incumplía. Ahora, ya no te quiero sentir, quiero olvidar todas tus melodías, como hace tiempo que tu hacías. Ahora, quiero perderme en un nuevo destino fuera de tu cariño. Quiero perderme en sus seis sílabas, en sus formas de vida. Quiero inundarme de su calor, ver con él el sol, y ya nunca temer a morir sin amor. Quiero sonreír sin el temor, centrarme en nuestra relación. Debo contarte que gracias a él ya para nada temo al amor, pues a su lado todo a cambiado de color. Siento contarte esto, aunque se que en tu vida yo ya sobro como en todos los cuentos. No soy de finales perfectos, ni de historias para el recuerdo, pero se que con el vencere a los que no estan cuerdos, y conseguire luchar por aquello que tanto quiero. Y seguir hacia delante, aunque no le tenga enfrente para darme aguante. Y quererle hasta pensarle, hasta aconstumbrarme a que lo justo para él es el verbo de amarle. Que sé que si le dejo marchar, difícil será volver a encontrarle, que el destino ya no me lo pondrá más delante, pues la distancia entre nosotros no es que permita darnos calme, pero si mostrarnos que no es más que unos simples pasos. No me arrepiento del tiempo que tuvimos, de cuantisimo nos quisimos, pero permiteme ahora decirte que es él quien me llena de cariño. Que es a él a quien quiero, por quien prospero. Y que ya no quiero saber de ti nunca más pero, que para ser sincero hay que dejar el miedo, y afrontar que a veces hay que comenzar algo nuevo, dejando atras todo aquello que formaste con empeño. Y después de tanto tiempo ya no te quiero, ya no quiero sentirte ni adorarte, si no amarle y complacerle, sentirle y morirme. Quiero que venga aquí, para sentir yo su corazón latir. Y me da igual que este al lado de ti, que ambos esteis en Madrid. Él es real, y no sé si puedo decir otra vez lo mismo de ti, pues ya no confío por todo aquello que te dí, pero que misteriosamente ya no esta aquí. Ahora ya no quiero volver a hablar más de ti, pues ya no eres el protagonista para mi, gracias a Dios, el amor que ya no queria volver a sentir a vuelto a mi, y con la distancia y todo lo demás le quiero aquí.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Sé que un siempre es demasiado, pero no me importaría pasarlo a tu lado.

Planear un nuevo futuro a tu lado ya no es que me de miedo, si no que me llena de celos. Celos de la vida, de la distancia, de que ahora ella pueda estar contigo. Quisiera romperla, vencerla para burlarme de todo aquello que quisimos. Que quisimos cuando la vida nos ofreció la unión de todo aquello que tuvimos. Y sé que ya no estás conmigo, pero vendita la suerte que a pesar de todo te siento como nunca antes había sentido. A veces me haces recordar lo que todo un día había perdido, pero con tu cariño, tu confianza y tus mimos llegas a hacer que mi futuro se quede fijo y que ya solo importe todo lo que tiene que ver contigo. Pensé que tendría miedo a quererte como te quiero ahora mismo, pero me he dado cuenta de que ahora tan solo sonrío. Que ya no tengo miedo de burlar todas aquellas promesas que un día grité sin pensar en lo que ahora vino. Que por fin tengo fuerzas, que puedo luchar y ponerme en guerra. No puedes llegar a imaginar todo lo que me llegas a hacer sentir, cuando no te tengo cerca pero te siento aquí, cuando con tus palabras me inundas y me enseñas otro modo de vivir. Porque la verdad, yo antes no era así. No sonreía por que sí, ni estaba todo el día feliz. Pero gracias a ti, todo es más fácil, todo puede seguir, y estoy segura de que el destino no decidirá darte el partir, por que si no mi vida ya no volvería a tornarse de este tono que tanto deseo aquí. Aunque estes lejos, mis sentimientos son más fuertes que eso, y creo que si grito un te quiero conseguiría mandarte cada uno de mis besos. Quiero llenarte de mi alegría, sentirte en mi vida, y hacer que tu también sonrías. Aunque sé que es así, desearía visualizarlo cada día. El sentirte y el adorarte, el amarte y acompañarte hasta cualquier parte. El despertarte y asfixiarte, con todos los besos que quiero darte. El acariciarte cuando estes delante, y contarte todos mis secretos entre un millón de cuentos. El demostrarte que tengo aguante, el sentir tus caricias para darme calme. El relajarme con solo encontrarte, el besarte hasta demostrarte todo lo que puedo darte. El demostrarte que a pesar de la distancia, lo nuestro sigue para alante, indicarte que no tengas miedo, que sé que algún día nos veremos.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Te quiero conmigo, aunque la distancia vuelva a joderme el destino.

Tengo ganas de ti, de sentirte conmigo, de vivir junto a ti, irnos juntos al olvido. Tengo ganas de recordar lo vivido, aquello que a ti te mantenía vivo, y a mi me llenaba de ilusión, de alegría, lo que formaba un nuevo destino. Tengo ganas de encontrar aquello que un día tuvimos, que se formó para mantenerse aún conmigo. Tengo ganas de burlar al destino, a la distancia, y hacer que los kilómetros que nos separan nos mantengan unidos. No recuerdo el día en el cual te he conocido, pero sé que fue un momento muy decisivo. Nunca pensé que serías especial, o algo que borraría todo lo que un día se mantuvo conmigo, pero gracias a ello ahora sonrío. Sé que no era un día frío, que tu comenzaste a estar conmigo. Con una mirada me ofreciste ser mi amigo, aunque pocas palabras aparecieron en nuestro encuentro, sabía que lo nuestro sería algo cuerdo. Las mañanas pasaban, y a mi lado te encontrabas. Las noches avanzaban, y aunque no estuvieras pronto aparecerías para hacerme sentir aliviada. Al principio pensé que nuestra relación no llegaría a nada, que la confianza no se haría elevada, y que pasado un año volveríamos a las andadas, pero luego me dí cuenta de que estaba equivocada. Como si fuera un sueño, y yo quizá la princesa encantada, pedí un deseo al viento sin saber que eras tú el príncipe que mantenía la perfección encantada. Pedí una sorpresa, algo que nunca me esperaba. Y sin más, esa fue la primera noche que apareciste, a mi lado, y luego en mi almohada. Intentando cumplir mis sueños, con las pesadillas ya borradas. Esa fue la primera noche que pensé en ti, que me sentí atraída también por lo que podría ocurrir. La vergüenza siempre está presente aquí, en mi, así que te pido ahora que no me tengas en cuenta el haberte dejado partir. Otro día más pasaba hasta llegar al fin, un fin que hubiera deseado que no tuviera que venir. Mientras tanto tu allí, a mi lado, con la marea que subía, volviéndose fría. Una noche, una madrugada, con alguna que otra confesión atada. Un tengo sueño, pero prefiero mantenerme en mi cama, despierta hasta las tantas. Después de estar juntos así, hasta que el sueño acabo por hacerme partir, me di cuenta de que comencé a sentir algo por ti, y perdóname, pero esto me supuso bastante miedo sobre que ocurriría cuando ya no estuvieras aquí. Pasados los días, todo comenzó a existir. Comenzó a ser un yo no sin ti, aunque no fuera capaz de decírtelo, de expresártelo como tu a mi. Como tu me dijiste un día, cuando el agua no es que estuviera fría, si no que mi cuerpo no estaba en armonía. Tu conmigo, yo contigo, con un millón de vegetación pagando la unión de nuestros destinos, cuando me confesaste que querías ser un tu conmigo. Y maldita la mala suerte que el miedo hizo de testigo, que por aquel instante sin seguridad permití decir que no a la unión de aquello que tanto querría como bien ahora tu eres consiente, querido amigo. Tenía miedo de lo que ahora ha ocurrido. De que tu te fueras, de quedarme sola, y no contigo. De que tu marcharas por donde habías venido, y el destino quedara atado, el amor no borrado. Por ello negué estar a tu lado, explicándote que un día el daño me había llenado. Pero gracias a Dios, no te sentiste rechazado, la amistad no se quedo a un lado, y con sonrisas y caricias, todo comenzó a quedarse gravado. Recuerdo todos los días en tu compañía, las horas en las cuales solo tú llenabas mis horas frías. Cuantísimas cosas querías, y cuantas pocas tenías. No por nada, si no por el miedo que yo poseía. Malditos recuerdos que no permitían estar cuerdos. Los días se acababan, marcado que nuestra historia quizá se quedaría acabada, cuando ni siquiera tenía donde empezaba. Quería que el tiempo se parara, quedarme si hiciera falta a ti atada. Pero el destino me hizo otra de sus jugadas. Los días se acababan, hasta dejar nuestra historia posiblemente acabada. En nuestra despedida, sentí que algo me faltaba. Además del cariño, de tu cuerpo junto al mío, de todo aquello que dijimos. Faltaba algo que ahora necesito aquí conmigo. Una muestra sincera del amor, que ahora sé que compartimos. Siento no haberme dado en aquel momento de que todo lo que vivimos, fue algo que me esta ayudando a esto de estar vivo. Y justo en aquel momento cuando nuestros labios pudieron haberse unidos, el despiste apareciera como protagonista. Luego te fuiste, me abandonaste, y mi ser se quedó para el arrastre. Pues supe que me costaría volver a tenerte delante, que los kilómetros mantendrían el aguante. Pero por suerte, tu querido conseguiste darme para seguir adelante. Me contaste todo aquello que yo necesitaba asegurarme, y al fin pude confesarte cuantísimo me gustaste. Porque me gustas, y llego a adorarte. Y a pesar de que estas bastante lejos, sé que el olvido esta vez no está de mi parte. Que los kilómetros no importan, que la vida es corta, demasiado corta para desaprovechar este amor que por fin se muestra. Y repito, tengo ganas de ti, de sentirte aquí. De que la distancia decida no darnos un fin, de abrazarte, de sentirte junto a mi. Adoro encontrarme entre tus brazos, perderme entre tus labios. El sentirte y adorarte, llenarte de mi alegría, picarte. Adoro que las noches no sean frías con tu compañía, el saber que quieres que lo nuestro se extienda a pesar de las malas melodías. Odio el no sentirte al lado mia, el no poder despertar con tu compañía, con tus mimos, que me llenes de alegría. Pero sé que algún día todo lo que queríamos se cumplirá, y ya claramente no te dejaré marchar. Quizá un año pasará, miles, qué más dá. Si de verdad eres tú, todo lo malo podría llegar, que yo estoy segura que aguantaría hasta el final. Para sentirte, adorarte y acompañarte, llenarte de mi compañía, prometerte que ya solo sonrías. Y ya poco más puedo decirte, poco más debo demostrarte. Creo que ya puedes comprender lo que llego a desearte, a adorarte, a quererte aquí delante. Y tú sabes que por el momento, por mi no quiero dejarte aparte, que estoy deseando verte, que todo vuelva a lo de antes para comenzar a mimarte. Y lo sé, soy ñoña y quizá no me atrevería a soltarte todo esto por delante, pero es una forma de mostrarte cuantísimo te tengo en mente en este instante. Gracias por llenarme de tu cariño, de tu alegría, de permitir que sonría. Gracias por todo lo que me mantiene viva. Gracias por prometerme que vendrías. Gracias por no abandonarme, aunque la tierra nos condene. Gracias por leerme, por aguantarme. Gracias viejo por aparecer en mi vida.


Tu conmigo, fuera de mi destino.

Lo tengo claro, ya no voy a hablar más de ti. Me he olvidado de aquello que nos mantenía sin llegar a un fin, de todo aquello que quería dar por no darnos un partir. Borré el tengo ganas de sentirte aquí, por un deseo olvidarte, dejarte allí, sin mi, como tú a mi. Ya no tengo miedo, mi corazón no ha dejado de latir. Por fin, otro amor a vuelto a resurgir. Y no es aquel que me hizo morir, desangrarme hasta al fin alguien suplicarme el revivir. Es otro, algo nuevo para mi. Lo siento, pero ya no deseo que pienses en mi, ni que vengas por aquí, algún día, con el paso del tiempo así. Deseo que te hagas partir, que me dejes sentir. Enamorarme hasta ser feliz, amar sin el miedo a sufrir. Vivir, sin ya esperarte por aquí. Un futuro para mi, un presente lejos de ti, y un pasado que ya nunca más volveré a sentir. Esto va para ti, como todo aquello que antes te debía decir. Ahora, ya no hablaré casi nunca más de ti, ni de mi sin ti. Contaré que ya soy feliz, que todo me ha hecho sonreír. Que un ángel acaba de venir, que ya lo bueno no ha decidido huir. Te quiero, pero lejos de aquí, ya no a mi lado, no me importa tu existir. Pasado has sido, en mi presente habías venido, pero en el futuro está mi destino. Y lo siento, pero ya nunca más estarás conmigo. En el olvido te dejé desde el día que él vino, y allí te quedarás, pues ya no hay nada que te una conmigo. Y da gracias a mi nuevo destino, pues sé que estabas deseando que nada bueno nos uniera en vida como siempre yo había querido. Por fin eres libre, maldito amor del que vivo, ya puedes ir con la otra, a hacer lo que un día debiste hacer conmigo.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Y ahora ya no tengo que hacer nada aqui porque ya apenas me acuerdo de ti. Todo el amor que sentia a encontrao el fin, esta caducado al fin. Ya no te quiero ver mas aqui, ni te quiero sentir. Adios amor que me hizo morie, hola nuevo marinero que hace a mi corazon latir.