martes, 26 de junio de 2012

Ya no formas parte de mi risa.

Y ya no necesito que estes conmigo con prisas. Ni con ellas ni sin ellas, ya no te quiero luchando por posarte en mis laderas. Ya no quiero tu sonria, fría y áspera melodía, ni todas aquellas veces que me decías que me querías. Ya no quiero tu confianza, ni todos aquellos motivos por los cuales hoy arde mi garganta. Ya no quiero vivir por ti, ni haber llegado a existir. Quiero irme de aqui, para que tu te quedes allí. Sola, sin mi y sin ellos, incluso sin ti. La soledad será tu enemiga en mi época de partir, y bien extrañaras no tenerme por allí. Y ya no tendrás mis palabras, ni mis fríos llantos llenos del amargo espanto. Ya no tendrás mi amor, ni aquellas palabras que te decía de corazón. Y ya el tiempo no nos hará un favor, pues te quiero lejos, y esto no es solo un adios, es un no vuelvas, por favor. Las lagrimas por ti, el miedo por mi. El panico hacia ti, tu risa para mi. Tus malos actos, tus castigos que se reafirman con tu canto, amarga esclava del placer consumido en el acto. Tu disfruta con el mal, haciendome perder los sueños que ya no volverán, deseando que mi gloria sea nula al final. Y yo me guiaré sin más, para perderme entre las malas páginas de este diario lleno de la falta de bondad. Y si me quieres, no me vuelvas a hablar. El infierno te ha consumido, ya de nada serás capaz. Para mi ni existes, aunque sea duro de afrontar. Ya no quedaran fechas, ni recuerdos de un tiempo leal, pues por mucho que luches, ya nada llegará. Y es verdad, el corazón es fragil, y el mío no se puede pegar. Por mucho que lo intentes, ya nada se arreglará; pues el miedo esta presente, pero también mis ansias de libertad.

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