sábado, 30 de junio de 2012

La esperanza ya deja de existir.

Confiaba en las personas, en el mundo, en el propio destino. Confiaba en un todo irá bien, en un algún día el sol se posará. Confiaba en ti, en mi, y en todos los demás. Confiaba en las palabras, pero sobretodo en los actos. Confiaba en tu sonrisa, y en la forma en la cual me mirabas. Confiaba en las risas, en las alegrías, pero para nada en la tristeza. Confiaba en los sueños, en los deseos y en el propio paraíso. Confiaba en las reglas, y en la pura lógica. Confiaba en tus promesas, y también en las suyas. Confiaba en un te lo juro, aún más que en un te lo prometo. Y ahora, resulta que todo es una triste mentira. Creía en las palabras, en todas aquellas que las almas abandonadas me han dedicado. Confiaba en un siempre, pero para nada en un nunca. Creía en la vida, en la alegría, y odiaba a la añoranza. Pero ahora, con el paso del tiempo, he llegado a entenderlo todo. Ni tus promesas ni las mias, ni las suyas ni las de otros; todo no es más que una falsa apariencia. No existen los te quiero, ni los te amo, ni un te lo prometo. No existen las metas ni los deseos, menos los juramentos. Ya no existe un no siento nada, pero menos un ya no te quiero para nada. No existe nada, la nada es una absurda obsesión. Ya no están las sonrisas, ni todas aquellas veces que me decías que me querías. Y el mundo se ha vuelto loco, y todo el mundo se ha hundido en lo más hondo de un pozo. Todo ha cambiado, para ti, para mi y para él. Ya no somos tres, ya no vamos a formar un trío; pues ni tu estás conmigo, ni yo estoy contigo, ni él se encuentra entre nosotros. Ni él, ni el otro, quizás otro más, o aquel. Ya no podemos formar una orgia por los sentimientos, ni una mezcla demasiado grande entre estos. Ya no somos capaces de formar un combinado, ni de mezclar todo aquello que nos ha unido. Pues ya ni tu, ni yo, ni nada será capaz de unirnos. Pues nada existe, todo es un espejismo. Un espejismo de sentimientos, una falsa y una mentira llena de los abismos. Pues ni las promesas existen, ni tus juramentos, ni los sentimientos. Ya no confio en la nada, la nada en un todo se a transformado. Ya no creo en ti, ni en mi, menos en la suerte. El destino para mi ha sellado su muerte, y los miedos cada vez son más fuertes. Y adios a cupido, y adios a la buena suerte. Adios a la juventud, a la infancia, al propio mundo. Adios a todo, y a la nada también. Se ha acabado, estoy bastante cansada. Todo es mentira, nada es cierto, nada existe. Obsesionada estoy, en un mundo lleno de dolores. Obsesionada por tus besos, por poder besar sus labios. Obsesionada con la distancia, con borrarla por mis abrazos. Obsesionada con el tiempo, mientras que crezco. Obsesionada en la vida, condenada a la añoranza. Y ya no estás aquí, no podré salir.

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