jueves, 14 de junio de 2012

Recordar lo vivido.


Ayer volví a hablar de ti. De ti, conmigo, de lo que era un nosotros. Ayer alguien me hizo recordarte, y por ello, lamentarme. Normalmente, suelo pensar en qué era un tu conmigo, y en lo feliz que me sentía siendo tu mi abrigo. Ayer, en cambio, pude sentirme vacía, y perder la propia paciencia que tenía. Te recordé, recordé todo lo vivido. Y pensar que hace ya casi dos años desde que te he perdido. Y pensar, que ya hacen más de tres desde que nos conocimos. Y recordar que ya no soy nada, que tu ya no eres nada para mi. Ya no piensas en mi, ya no me necesitas. Ya no te quiero a ti, ya te siento lejos. Mi corazón volvió, pero esta vez, siento que vuelvo a necesitarte conmigo. Conmigo, aquí, como siempre; no quiero que te quedas en el olvido. Estoy pensando en ti, en lo que vivimos, y en cuantísimo nos quisimos. Por las noches solía pensar en ti, y por el día vivir contigo. Y pensar que yo misma nunca quise tenerte como amigo. Aún recuerdo el día en el que nos conocimos, cuando tu conmigo, y yo contigo. Recuerdo las risas, el buen humor y las sonrisas, también que te sentía cerca. Cerca y junto a mi, sé que ya no estás conmigo. Recuerdo nuestras conversaciones, tus te quieros, tu aliento en el mío. Recuerdo tu aroma, la sensación de sentirte vivo. En cambio, ya no estás, no, ya no estás conmigo. Ya no existes para mi, te has ido a otro universo. Te has borrado y me has dejado sola, sin ti, aquí, lamentandome. Lamentandome por tu ausencia, recordándote y adorándote. Ayer volví a llorar por ti, y vaya, hacía tiempo que no me sentía así. A llorar, a reír, y a sufrir. Llorar porque ya no estás, reír porque ya nunca volverás, y sufrir porque esto nunca encontrará un fin. Y estoy cansada, es más, agotada. No quiero penar en ti, no quiero hablar de ti. Estoy cansada de seguir así. Cansada de luchar para perder, de ganar sin conocer. Lo siento, pero estoy cansada de seguir en este tren. En este vagón solitario, que no sé tan siquiera a donde me lleva. Estoy cansada de tener que estar sentada, cansada de ver la vida pasar. Y se ha acabado, ya está, lo siento, pero ya no puedo más. No puedo recordarte, no puedo añorarte. Debo crecer, debo madurar, para al fin dejarte marchar. Sé que es lo que quieres, sé que es lo que necesitas. Sé que ya en el fondo, ya no queda hueco para esta mala historia marchita. Sé que se ha acabado, y sé que es cierto. Sé que mucho tiempo ha pasado, y que soy una idiota al aún seguir lamentando. Sé que ya está, que nunca volverá. Pero odio recordar, odio recordarte, odio llorar por ti. Odio tener que hablar de un yo contigo, cuando ya nada es verdad. Odio que una persona a la que realmente quiero, llegue al enfado por aún extrañarte. Y debo ser fuerte, y tentar a la suerte. Mirarte a los ojos y no temblar, saber que ya nunca volverás. Y no te quiero aquí conmigo, ni ya tampoco te amo. Ya he aprendido a vivir, sin ti. Pero odio aquello que ocurrió ayer. Odio llorar en mi cuarto, abrazada a mi propia almohada por el simple hecho de revivir lo vivido. Y allí, con el rostro posada en ella, las horas pasaban. Mi cabello revuelto, mi mirada perdida. Mis lágrimas chocando, llenando cada lugar de su tinta. Y recordar que tanto nos quisimos, que por mi seguías vivo. Que lástima que ya no te tenga conmigo. Recordar tus mensajes, tus llamadas no existentes, y vaya, que hubiera tentado a la suerte por oírte. A ti, a tu voz, por poder escucharte. Lo siento, pero quiero tentar a la suerte. Quiero por favor escucharte, quiero por favor sentirte. Aunque sea una vez, solo una vez. Pero no malinterpretes mis palabras otra vez. No quiero volver contigo, ya no te amo, ya no te necesito. Estoy enamorada, de otro, y no es de ti. Ya no estás conmigo, ya no te quiero a mi lado. Pero quiero sentirte, quiero poder abrazarte, incluso besarte, para saber cómo se siente. Quiero, por favor sentirte. Posarme sobre tu cuerpo, abrazarte, y amarte. Volver a aquello que ocurrió haría varios años, parar el tiempo, perderme en la nada. Quiero ir a verte, quiero que esto ocurra. Y decirle a la mala de nuestra historia que no existe; que la distancia es tan solo una palabra.Y sé, que tú lo sabes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario