jueves, 21 de junio de 2012

Dejar que la inspiración venga. Sonreír, llorar y perderme en la nada. Quiero escribir aquí, pero no quiero escribirte. A ti ni a nadie más, nunca nada volverá. No quiero hablar contigo, estoy harta. Harta de escribirte sin escucharte, harta de hablarte sin tan siquiera leerte. Harta de soñar, de saber que ya nunca más volverás. Hace mucho que no se nada de ti, y creo, que tu tampoco sabes nada de mi. Te estás perdiendo mi infancia, mis lágrimas. Ya no estás para animarme, ya no estás para tan siquiera consolarme. Y maldita la distancia, y malditos los recuerdos. Maldita la hora en la que te encontré conmigo. Y ya, nisiquiera somos amigos; pues tu ya no estás conmigo. Ya no te siento, ya no te quiero, pero sí te extraño. Te necesito a mi lado, para que seas al menos tan solo mi abrigo. Para llenarme de tu aroma, para perderme entre tus brazos. Y lo siento, pero odio recordarte, y ya no quiero escribirte. Ya no quiero sentirte ni adorarte, ni tampoco necesitarte. Se ha acabado, tu ya no estás ni estarás a mi alcance.

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