jueves, 6 de diciembre de 2012

Dentro de mi ser hay una bestia, quizás por ello nunca me llegues a querer.

¿Que es el sentir el que ya no te queda nada más aquí? ¿Qué es el sufrir? Un dolor que todos viven una vez en este sin fin. Cuando le dices un hola a la melancolía, al recordar cuanto me querías. Cuando los problemas te recuerdan que hacia tiempo que no sonreías, cuando la tristeza invade todo cuanto tenías. Y vino la hora de la tristeza, aquella en la cual ya ni siquiera rezas. Llego el tiempo del adiós al corazón, del ya nada es facíl, amor. Llegó el tiempo de un dolor, quizás que marque un por favor. Llego la alegría, en aquel momento en el cual claramente me querías. Cuando me cuidabas sin apenas recordar lo que te hacía, cuando me decías que el mundo por mi terminarías. Cuando en tus brazos no encontraba las noches frías, cuando me cuidabas, como tan bien hacías. Con la niñez en compañía, tus besos y tus mimos tenía. Con la adolescendia en ascendencia, miles de broncas quizás con voces roncas. Y allá en la vejez donde creo que no me volveras a ver, el amor seguro que se querra poser, poseer, lo que un dia no fue capaz de hacer, por orgullo, tal vez, por ser mas fuerte, que el mostruo que habita en mi ser. El que ne hace ser, así, y tal vez, enfadarme una y otra vez. El que me hace no saber, no comprender cuanto mal puedo hacer. El que me obliga a deshacer, el mundo, y quizas luego volver, a reacer algo que nunca quise promover. El demonio que quizas me hace no quererte ver, a pesar de que en mi vida siempre te tuviera que tener. El demonio que me obliga a mentirte sin querer, papá, mamá, que me obliga a no dejaros ser lo que deberíais, ya ves. Perp tened claro que no teneis ese papel porque la confianza no lo quiso, o yo que sé; por vuestra forma de querer, por vuestra angustia de verme crecer. ¿Acaso no es lo mas bonito, el que tal vez, forme una vida como vosotros en antaño también?

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