jueves, 8 de septiembre de 2011

Tener una máquina del tiempo, para volvertelo a hacer.


Me duele el corazón. Mi pequeño órgano vital no para de llorar, de gritar. Se está desangrando por dentro. Sé que trata de decirme que luche, que le recupere; a ambos. Pero es imposible. Lo he estado pensando durante toda la noche, mientras un gran dolor de cabeza se apoderaba de mi mente un poco más cada segundo. He pensado en todo lo que hize, en todos los fallos que cometí. Y volví a arrepentirme una vez más. Una vez más volvi a llorar sobre mi almohada. Una vez más sollozé en silencio en medio de la oscuridad y de la noche, de la soledad. Y una vez más, abrí los ojos. Ahora estás muy lejos de mi, y no me refiero a la puta distancia que se intromete entre nosotros. Si no que ya no sonries por mi. Ya no vives para mi. Ya no sueñas conmigo. Ahora, todo es distinto. Ahora tienes tu vida, y se supone, que yo la mia. Ahora tú eres feliz, o quizás tratas de serlo, y yo estoy estancada en el pasado. Ahora me ves como una amiga, a pesar de que puedas sentir algo más hacia mi. Y eso, duele. Duele pensar que cumplo un papel en este cuento que no es el indicado para mi. Ya no soy tu vida, ya no soy tu niña. Ahora simplemente soy; Marta. Una chica que hace un tiempo, fue mucho más que una vida para ti. Mucho más que un sueño, mucho más que todo. Pero eso, es pasado. Ahora solo soy otra más de las personas que está en tu vida, no la única. Y al pensar en ello, siempre rompo a llorar. Pude ser tu aire, tu consuelo, tu amor, tu amada, tu amiga, tu niña y tu apollo siempre que necesitaras. Pude cumplir todos tus sueños en el corto tiempo que tuve para demostrarte mi amor; pero me quedé paralizada. Ojalá tuviera una máquina del tiempo, para darle marcha a atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario