miércoles, 12 de septiembre de 2012

Retoca la historia.

Toma tu mejor arma de guerra, aunque aún tu mismo no conozcas ninguna. Mira al sol, recuerda cuantas veces perdiste a tu querido corazón. Ataca sin temor, lucha por todo aquello que un día falló. Y nunca quieras olvidar cuantísimo amor perdiste en medio de aquella canción, de toda aquella poesía que el pulso no perdió. Siéntete orgulloso de ese título que Dios te dio, acaba con todo aquello que el mundo perdió. Y muéstrate a ti mismo que eres un campeón, que siempre piensas con el corazón. Ataca y lucha por lo que un día el mundo te ofreció, rompe todo aquello que el mal creó. Y con gritos de dolor, vence y dispara más allá del amor, de los kilómetros y de la desilusión. Acaba con todo aquello que un día te causó ese dolor, derriba cualquier obstáculo de tu estación. Sangre cubre todo alrededor, en la muestra de como acabaste con tu mal amor. Saca la envidia, todo aquello que le dirías, ve a por donde un día se quedó tu melancolía, y descarga todo aquello que ahora harías, ataca contra su cuerpo hasta solo dejar la sangre fría. Un tono rojizo se desvía, en tu rostro ahora que para nada creo que ya sonría. Aquel amor al cual tanto querías, yaciente sobre la acera que ya apenas sentía, aquellos culpables de lo que un día un fallo cubría tus noches frías, muertos sin ya poder tener un último cuento. El mundo vacío, sin ya todo aquello que un día te hacía sentir vivo, que te traicionó amigo mío, hasta convertirse en ahora tu cruel castigo. Siéntete orgulloso de ese título que Dios te dio, acaba con todo aquello que el mundo perdió. Y muéstrate a ti mismo que eres un campeón, que siempre piensas con el corazón. Ataca y lucha por lo que un día el mundo te ofreció, rompe todo aquello que el mal creó. Y con gritos de dolor, vence y dispara más allá del amor, de los kilómetros y de la desilusión. Acaba con todo aquello que un día te causó ese dolor, derriba cualquier obstáculo de tu estación. Las lágrimas de dolor ahora nunca abandonarán tu corazón por todo el daño que tristemente ocurrió. Recuerda que luchaste de corazón, que venciste a todo aquello que superó al amor. Que mataste para volver a hacer posar el sol, el sol que siempre se había mantenido en tu estación. Y borra la sangre y el dolor, los gritos y la histeria, el arma que tanto mal causó, borra todo para comenzar una nueva canción. Comienza de nuevo con una buena acción, en un mundo que ya jamás volverá a tener color. Por tu culpa soldado, la felicidad se ha quedado a un lado, por todo aquello que un día la depresión te mantuvo atado. La sangre no se va de tu lado, sus rostros llenos del espanto. Camina y lucha, supera hasta que consigas la escucha. De un nuevo pasajero, un amor verdadero, que te perdone cuantas muertes causaste por tu miedo. Esconde tu arma, lucha sin ninguna escucha. Con lágrimas de dolor suelta un grito de tu garganta, recuerda que ya la claridad no te hará falta. Siéntete orgulloso de ese título que Dios te dio, acaba con todo aquello que el mundo perdió. Y muéstrate a ti mismo que eres un campeón, que siempre piensas con el corazón. Ataca y lucha por lo que un día el mundo te ofreció, rompe todo aquello que el mal creó. Y con gritos de dolor, vence y dispara más allá del amor, de los kilómetros y de la desilusión. Acaba con todo aquello que un día te causó ese dolor, derriba cualquier obstáculo de tu estación. Lleno de los obstáculos que el pasado te dejó, recompone tu vida ya que puedes campeón, lucha sin violencia y ya no vuelvas a mirar al sol, no pidas ningún consejo a Dios, o de nuevo ocurrirá lo mismo que en tu anterior canción. Encuentra tu lugar lejos del amor, olvida todos esos gritos de dolor, lávate bien el cuerpo por favor, y no vuelvas a caer en la más triste tentación. Aunque ahora, ya te hallas acostumbrado a acabar con todo aquello que el mundo perdió, con todo lo que te causó dolor. Yo mientras tanto, seguiré esperándote en mi estación, a ver si algún día se cesa tu dolor, o en cambio mi vida se resume en un adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario