lunes, 10 de septiembre de 2012

No tengo miedo al tenerte.

Te quiero, de aquí hasta llegar a la muerte, poco sería para mi el precio por el cual tenerte, pues lucharé con uñas y dientes, no me importa donde estés, mi mayor deseo es poder acariciar tu piel y adorarte mientras duermes, mecerte una y otra vez, llenarte de susurros y estremecerte sin querer, morirme al saber cuanto podremos tener, cuanto nos amamos sin saber, conocer cada centímetro de tu piel, sonreírte hasta el amanecer, mostrarte que nunca llegará un anochecer, que el miedo nunca sabrá como aparecer, que a tu lado me es muy difícil entristecer, pues contigo ya ves, tengo todo lo que un día quise tener, a mi lado aunque nadie te ve, con la distancia que nunca quisimos poseer, con la que yo un día pequé, con todos estos motivos por los que ahora te esperaré, hasta tenerte entre mis brazos otra vez, abrazarte y perder, el miedo y la vergüenza a la vez, ganar todo aquello que vamos a tener, un futuro a tu lado como siempre desde hace un tiempo quisimos ver, como hemos soñado hasta casi el amanecer, como tantas noches en vela nos quedan por comprender, y ahora yo a tu lado debo decirte qué, nunca fuiste lo que busqué, apareciste sin más en mi ser, y de ti me enamoré, como nunca jamás pensé, como ningún loco demente deseó, como ningún poeta aún narró.

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