domingo, 27 de mayo de 2012

Porque si él no está, que se derrumbe el mundo.


Debo de hacer un regalo. Pero no a ti, no, de ti ya no voy a hablar más por hoy. Debo de hacerle un gran regalo a mi querido héroe anónimo. Debo sorprenderle, y así hacerle sonreír. Sé que parezco idiota haciendo esto, hablándote de él, pero la vida es así. Ya no hay espacio para ti en mi corazón, no, la base de virus acaba de ser actualizada en el propio juego del amor. Y ya, no queda espacio ni para tu cariño, ni para tu amor, ni para ningún momento de los dos. Ahora, voy a hablarte de nuevo de él, del mismo ángel que del cielo a bajado para estar a mi lado. Y juro por Dios que es una de las mejores cosas que me ha pasado, y juro que sin él, no sabría como sobrellevarlo. Sobrellevar el mundo, el destino, y cuantísimas vueltas da mi vida. Es él quien me hace sonreír cuando solo encuentro las lágrimas, y él quien me hace reír cuando el humor carece en mi. Es él quien convierte de alegrías las tristezas, y quien ayuda a mi ser a caminar en calma. Es él, el mismo héroe anónimo que me vela el camino. El mismo que me protege, que tantísimo me ayuda. Es alguien especial, y sí, siento repetirme, pero debo aclarartelo. Debo aclararte que el mundo en parte me cobra sentido si está junto a mi, y que la tristeza no puede volver a posarse así. Debo de contarte cómo me adorna con sonrisas, y lo bien que me siento cuando camina a mi lado, sin prisas. También debo de decirte que le entregaría el mundo si hiciera falta, y que le bajaría la luna, para que así la contemplara. Y es un sentimiento, y es cariño, y es todo el aprecio que le guardo a este ser perfecto. Porque es ideal, y por mucho que lo niegue, sabe perfectamente que es cierto. Porque de él nacen las alegrías, las ilusiones, y las ganas de continuar. De él aparecen mis sonrisas, y el mundo cobra sentido. Con sus actos, su amor y su cariño, suficientes como para poder sentir aún a mi ser vivo. Y por sus palabras, su comprensión y sus animos, que vencería al gigante más aterrador si hiciera falta, si él le temiera. Y por esto, y por muchas cosas más, te hablo de él, como desde ahora mucho voy a hacer. Dicen que las cosas suceden por algo, y ahora, sé que es cierto. Sé que él apareció en mi vida para llenarla con sus propios colores, con una gama desconocida anteriormente para mi misma. Sé que él está aquí, y así, que le den a lo que sentía por tí. Y es un ángel, él es mi fortaleza. Con su cariño me abraza, y con sus palabras me acurruca si hace falta. Y sé que con sus contactos llegaría al cielo, y que con su presencia no volvería a lamentarme por nada ocurrido, ni por los celos. Celos hacia ti, hacia lo nuestro, hacia algo que ya no tiene sentido. Y ya está, se ha acabado. Gracias a él, soy más fuerte, más grande, más sincera. Ya no dudo de lo que siento, ni me aterroriza lo que experimente así por dentro. Ya no quiero ser otra, ya sé que lo mejor es ser yo misma, Y ya encontré unos brazos que me entienden, que me abrazan, y que me comprenden. A los mismos que correría ahora mismo, para estrecharme allí, y dejar correr el tiempo. Con la misma persona a la cual le dedicaría segundos, minutos, horas, vidas y todas las eternidades. A aquel principe de un cuento inventado y retocado, para nada sin ser de hadas, que está aquí, cuidando mis pisadas. Ese chico perfecto, increíble y alucinante ante mis ojos. Sin defectos, sin nada malo, solo con cosas destacables. El fiel campeón de todo lo que quiera, de todo lo que intente; el que está consiguiendo darle un ánimo a mi corazón. Al mismo que debo, que quiero regalarle algo. Últimamente, he de decirle que el mundo está muy materialista, y que la economía sobrepasa el sentido de las vidas. Por ello, y también, por cómo le encantan mis palabras, he decidido regalarle esto. Decirle que lo bueno, nunca será malo,y que por siempre me tendrá a su lado. Llenarle de sonrisas, y de caricias si hace falta. Y entregarle en mundo, a formato letra. Y mostrarle que puede vencer sus miedos, que puede enfrentarse a todo, y ganar, siendo mi fiel campeón. Mio, el niño que vela mis sonrisas, mis sueños y mis fantasías. Mi fiel amigo, mi querido compañero. Lo siento, pero le quiero. Quiero a mi ángel, y quiero que siempre esté aquí, conmigo.

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