viernes, 24 de junio de 2011

Una vez me dijeron, que cuando sueñas con una persona, es porque ella se durmió pensando en ti...


Hoy, he soñado contigo. He soñado con que te decía todo aquello que guardo escondido, en el fondo de mi corazón. Todo aquello que llevo mucho tiempo intentandotelo decir. Todo expresado con palabras, con muchas palabras. Mostrandote mi perdón, mis sueños, mis fantasias, mis ganas de tenerte aquí, conmigo. No sé por qué, pero en el sueño me sentía completamente segura de mi misma, de mis palabras. Estaba segura de que maduré, y de que no era la misma niña de antes. Estaba segura de que era cierto lo que decía, que quería ser tuya, y solo tuya. Sabía, en parte, que no merecía tu perdón, y ahora, también lo sé. Sé perfectamente que todo se arregle entre nosotros, no es imposible; pero si improbable.
En el sueño, te sentí tan cerca de mi. A pesar de estár todo expresado por simples palabras, te sentía. Entonces, me abrazastes por primera vez después de tanto tiempo; claro, no fue un abrazo físico, ya que hay cientos de kilómetros que se intrometen entre nuestros abrazos, pero lo hizistes, atravez de unos simples guiones. Y me sentí...Tan fuerte, tan grande. Me eché a llorar en ese mismo momento. Lloraba por la tristeza que me causaba haber tenido retenido ese abrazo durante tanto tiempo, pero también por la felicidad y la seguridad que me daba encontrarme entre tus brazos; pues siempre me sentí protegida de todo el mal. Y me besabas, no en los labios, pero me besabas. Tratabas de calmarme, y yo lo sé. Entonces, fui valiente, fui fuerte y decidí besarte. No estaba muy segura de cual sería tu reacción, pero en ese momento, lo necesitaba. Lo gritaba mi corazón, con fuerza, al ritmo de sus acelerados latidos. Y lo hize, a pesar de todo, a pesar de todo el tiempo que había decidido alejarnos, a pesar de la distancia, a pesar de todos los sueños que perdimos juntos, a pesar de que hacía mucho que no buscabamos el calor de nuestros abrazos y la dulzura de nuestros besos, lo hize. Te besé, y aunque fuera un sueño, no me arrepiento de ello. Por sorpresa, tú no me alejastes, ni dejastes que el paso de 7 meses le afectara a esto. Me besastes, recordastes el sabor de mis labios, lo bonito que era estár juntos, lo facil que era amar. Lloré en ese mismo momento, de alegría, de nostalgia, no lo sé, pero me eché a llorar, sin dejar que eso acabara.
En ese momento, quise detener el tiempo. Quisé que los sueños fueran realidad, y que este se cumpliera. En ese momento, me transladé por unos minutos a vivir allí, junto a ti, junto a tus labios, junto a tus manos que se entralazaban con las mias, junto al calor de estár achuchada por tus brazos y junto a la seguridad, junto al cariño. Y por un momento, recordé exactamente, como si fuera ayer, la sensación que sentia a tu lado. La sentí, a pesar de todo. Sentí como se me paraba el corazón, la ternura con la cual te miraba, y que todos nuestros sueños, tan solo habían estado guardados en un pequeño baul para llevarse a cabo en un futuro cercano; justamente, hoy.

Y como muchas veces, me desperté llorando, por la presión de tenerte tan lejos. Aunque hoy, sentí algo más que eso; sentí la necesidad de tenerte cerca, de poder experimentar lo que ocurrio hace tan solo unos minutos en aquel sueño. Me sentí tan pequeña, y tan vacia; como si me hubiera arrebatado a lo que más quería, sin previo aviso. Y continué llorando, abrazandome a la almohada.

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