martes, 28 de junio de 2011

Nuestro cielo.


Antes, me gustaba mirar por la ventana, para ver el cielo, observarlo y perderme en la belleza de el. Simplemente porque sabía que el era el único que existía, y también el que nos unía. Compartiamos el mismo cielo, al igual que el mismo sentimiento. Y casi todos los días, me paraba a observarlo, no deberías haberte puesto celoso de el, ya que lo miraba con los mismos ojos que a ti como si supiera que allí podría encontrarte. Me fijaba en que algunos días, el sol brillaba en el, y me preguntaba si en tu rostro había una gran sonrisa por ello, y el cielo tan solo quería hacernos las cosas más fáciles. Otros días, nubes trataban de acosarle, haciendo que se tiñera de un color parecido al morado, y en esos momentos, me preocupaba. No estaba segura de si intentaba decirme que todo lo que se ponía entre nosotros estaba poco a poco, asficciando. Y luego, estaba las veces en las cuales, después de una larga tormenta; llena de lágrimas, que quizás intentara mostrarme las tuyas mismas, salia poco a poco el arco iris. Con ello, trataba de entender que te habías calmado, y recordabas lo fácil que era estar a mi lado, lo fácil que era sonreír, y lo bonito que era amar. Había veces en las cuales el estaba completamente despejado, sin ninguna nube a su alrededor, entonces pensaba que no había ningún obstáculo que pudiera intrometerse entre nosotros. Pero luego estaban aquellos días en los cuales las nubes llenaban el cielo, sin hacerle llorar. En ese mismo momento sabía que entonces todos aquellos obstáculos no se borrarían sin más.
Estaba segura de que el cielo nos unía, quisieramos o no, y creo, que aún sigue haciéndolo. En cambio, cuando lo miro ahora, este como este, siempre termino por romper a llorar.
Al menos seguimos unidos a pesar de todo por un cielo, que a veces trata de mostrarme como estás.

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