jueves, 23 de junio de 2011

Buenos días, princesa.


Me acabo de levantar. Estoy ya demasiado aconstumbrada a la rutina de despertarme, y ver que no estás. Todos los días poco a poco, se me hacen iguales.
Simplemete abro los ojos, miro al reloj y suspiro, despeinando mi cabello, levantandome después y sentandome sobre mi cama, contemplandome al espejo. Entonces en se justo momento, me doy cuenta que todo es igual que ayer. Siempre, a pesar de saber que nunca será así, compruebo mi movil para ver si hay algún nuevo mensaje, un buenos días princesa, algo que cambie esta vida tan monotona; pero nunca es así. Ni un mensaje, ni una llamada perdida, no hay nada tuyo.
Lo confieso, aún sigo soñando despierta con poder acurrucarme en tus brazos. Con sentirte en mi cama, y saber que estás en ella. En poder tumbarme sobre ti, y pasarme toda la noche contemplandote, examinando cada una de tus expresiones, de tus sonrisas, de los lunares que puedas tener. Me gustaría llenar de besos tu cara, y poder pararme en tus labios para saber exactamente como saben. Y morderlos, estirarlos poco a poco, a la misma vez que te miro a los ojos. Perderme en tu mirada y que sobren las palabras. Bromear contigo, con simples tonterías de que "te quito la nariz" o "no, yo te amo mucho más". Poder hablar contigo, esta vez notando que puedes tocarme, abrazarme y besarme. Ver juntos el amanecer, a la vez que recuperamos aquel tiempo perdido, llenandonos de besos y caricias. Sentir tu mano deambulando por mi espalda y extremecerme al sentir tu respiración cerca de mi oido. Poder confesarte tantas cosas...Y guardar aquel momento en mi órgano vital, con llave, para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario