miércoles, 21 de diciembre de 2011

Mi querido regalo.

El frio invierno, el cálido verano, la ausente primavera, el helado otoño. Momentos, épocas, meses, días en concreto. Invierno, un invierno frío, áspero, duro. Siendo sincera, ante ti, ante mi, ante todos vosotros, e de reconocer que odio la navidad, el frio, esta época consumista en la cual cada una de las personas tratan de buscar la perfección, en sus comidas familiar, en sus sueños, en sus casas, comprando los mejores regalos, esos más buscados, más elejidos, los más caros. Época consumista, egoista, nada caritativa, por mucho que demasiados admitan que lo sean. Un regalo, otro, otro más. Un sueño, otro, puede que alguno más, una cena, un feliz año nuevo, un nuevo año, frío, oscuro, ausente para mi misma. Dos años sin ti, sin mi, dos nocheviejas sin tu calor. La navidad, época tan solo economica, consumista, en la cual todos somos competidores de ambos mismos. El espíritu siempre a sido este, a pesar de que muchos alchólichos, locos dementes, o gente sumamente perfecta lo niegue día tras día. En mi opinión, todo tendría que cambiar, como los tiempos, como los pensamientos. Nada de regalos, nada de sueños, nada de superaciones. Solo actividades en grupo, todos, todos juntos. Luchando, por ser feliz. Luchando por volver a sonreir. Un año nuevo, vida nueva, retos nuevos, sonrisas perdidas, sueños encontrados, lágrimas perdidas.

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