jueves, 8 de diciembre de 2011

Ciudad similada, mundo imaginario.

Pensar, sentir, extrañar, sufrir. Sentirte, sentirme, lejos, muy lejos. Sonreir, llorar, morir. Por dentro, por fuera, por todos lados. Dolor, ansiedad, miedo. Un sentimiento, fuerte, sincero, el cual causa un grave dolor, profundo, nunca ausente, en tu corazón. Un camino, un destino, hace alante, directo al futuro, a un nuevo futuro, sin ti, sin mi, sin nadie.
Lejos, muy lejos. Tomé un billete de ida, de una nueva cabina. Lo pagé con todo mi esfuerzo, lo busqué sin parar. No he tomado el de vuelta. Quiero irme, pero no volver. Salir de aquí, de este mundo, de este gruel mundo, hasta la segunda estrella a la derecha. Donde te tenía, a un mundo paralelo, donde aún te tenga. Salir corriendo, presa del miedo, del pánico, sola, dejando a un lado a todas aquellas malas personas que se toparon en mi camino. Correr, abrir la puerta, huir, esconderse, entre la oscuridad, la gente, las miradas confusas. Un tren, un avión, un autobus, mi salvación. Irme, lejos, muy lejos, sin nadie, sola, conmigo. Visitar una ciudad desconocida, la cual no me recuerde a ti, nueva vida, nuevo futuro, nuevo presente. Pasear por las calles, sola, sin miedo, sin nadie, desconocidas para mi. Esconderme de las sombras, para ser al final una de ellas. Robar para vivir, vivir para robar. Dormir en la calle, en el suelo, sola, sin nadie, sin mucho importarme. Tu mirada preocupada, al enterarte. Lágrimas de mis padres, sueños de un pasado. Tu, sin mi, sin ti, ¿acaso te arrepentirias? Pues ven a por mi. En este, en este futuro similado. Sal de casa, vístete, guiate por el viento, por mis gritos, por mis recuerdos. Me conoces más que a nadie, sabes perfectamente a donde iria. Haz las maletas, deja a un lado todo lo que tienes, por mi, por ti. Montaté en un tren, solo, sin nadie, sin ti mismo, en mi busca. Recorre las calles, los callejones, todos los lugares de esa fría ciudad simulada, hasta llegar hasta mi. Llamame, abrazame, acurrucame, llorame, besame, alimentame, cuidate. Regañame, enfadate, demuestramelo, pero no me sueltes, no me dejes. Acurrucame entre tus brazos, en medio de las calles, del frio, de la gente, sin importarte nada más. Borra el pasado, el presente, incluso el futuro. Borralo todo, todo cuando seas capaz, y quedate conmigo. Dímelo, díme aquello que tanto quise escuchar desde hace mucho, mucho tiempo. Susurralo, grítalo, en aquella ciudad finjida que yo misma invente, que tu mismo visitastes. Olvidalo, todo, todo, menos a mi. Empezemos de nuevo, tu, yo, nosotros, sin nadia más, sin nada más. Levantame del suelo, con cuidado, llevame contigo. No volvería a mi casa, no te pediría que lo hizieras. Solo, que me llevaras, lejos. Muy lejos, contigo, a donde fuera. A otro mundo, imaginario, los dos solos, por siempre, para siempre, pero un siempre verdadero, no como el que dijimos hará ya casi dos años. Agarrame, pero no me sueltes. Abrazame, amame, empezemos de nuevo. Y no nos arrepentiremos. Ahora, dejo de soñar. Ya no sueño, ya no sonrio, no, es imposible. Pero ven, vente conmigo, a esa ciudad simulada, a ese mundo imaginario, nuestro, solo nuestro. Abandonemos este mundo, de una vez por todas, para poder encontrar nuestro lugar. Y gritemos, bailemos, amemos, pero juntos, siempre juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario