lunes, 2 de julio de 2012

Maldito mundo de necios.

Pronto el mundo dejará de girar, y toda la humanidad se hundirá. El cielo ya no se mantendrá, el sol tan siquiera brillará. Y alejados nos quedaremos, de la calidez y de la verdad. Y ya no quedarán los cuentos, ni aquellas pizcas de tu aliento. Todo se habrá acabado, justo cuando tú ya te hallas marchado. Y condena de por vida, muerte fugitiva. Giraremos como locos, nos perderemos entre los sollozos. El infierno vendrá, para marcarnos el más áspero final. Y solo se quedará, el mundo y los demás. Con lágrimas de fuego nos irán a buscar, y yacientes acabaremos, en un frío pedestal. Ya no lucharán ni lucharé más, en una mala guerra fallida nos veremos fallar. Y el mundo gritará, buscando la ansiada solución final. Y así se quedará, sin fuerzas tan siquiera para continuar. Y las llamas del infierno vendrán, y los malos sueños se cumplirán, y ya nunca más podrás verme sin llorar. Sin vida me quedaré, y sin ánimos te encontraré. En una libertad angustiada, en una prisión encarcelada. Sola, solo y sin nadie, con la sociedad colgante. Malditas leyes, malditas dictaduras perdidas en tus bucles. Malditas normal, maldita vida soberana que me castiga. Malditas tus palabras, malditos las coincidencias en las cuales acabamos por las nubes.  Y dile adiós al cielo, dile adiós a las lágrimas que soltastes por tus agujeros. Y dile hola a la luna, a las estrellas que ya no querrán saber nada de tus dunas.   Decide irte de aquí, pues ya no me encontrarás más yendo a un sin fin. Y despídete del mundo, de la sociedad y de este dolor profundo, pues pronto no quedará ni un alma en vida, pues todo será un cementerio lleno de los difuntos llenos de los fríos profundos. Maldita muerte, maldita condena, que ya nada merece la pena.

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