jueves, 7 de julio de 2011

La regla de tres.


Me apetece hablar de ti. Creo que tengo derechos para hacerlo, aunque en realidad, no. Tan solo tengo necesidad de liberarme. Necesidad de expresar lo grande que eres; el paisaje más bonito que jamás podré ver. De expresar como me pierdo al ver tu sonrisa, y ese pequeño oyuelo dibujado sobre tu barbilla. Que me encanta tu cabello, y aún sueño con poder revolverlo algún día. Y tus labios, no hay palabras para ellos. No me gustaría abandonar esta vida sin probarlos aunque sea una vez, sin saber como realmente saben. Luego, está tu cuerpo; pequeña perfección en un mundo de imperfectos. Como expresar que eres lo más bonito que he visto en todo este mundo. Que sé que no es imposible, pero si improbable el hecho de que algún día te tenga realmente a mi lado. No sé si podré abrazarte a tu pecho algún día de estos, y poder confesar que los sueños tan solo mueren cuando se hacen realidad. Tampoco si podré besarte por el cuello, por el pecho, por las mejillas, por la nariz, por la frente, por el pelo, por las comisuras de los labios, por ellos mismos, por las manos, por los brazos, por todas las partes de tu cuerpo. Tampoco podré saber nunca si podré tenerte tan solo a unos dos centimetros, y darme cuenta de lo bonita que es la vida. Nunca voy a poder saber realmente lo que sientes por mi, ni si algún día nuetra misión sea llenarnos de besos. Me gustaría estár a tu lado, tener fotos contigo, videos; para poder verlos cuando te eche de menos. Realmente me gustaría tener una foto de ambos colocada sobre la mesilla, y darle un leve beso antes de irme a dormir; pero eso, me resulta ahora un poco más imposible que improbable. Estás muy lejos, una pared demasiado gruesa nos separa. Después, está mi miedo. Y la edad, y la gente, y el puto destino. Joder, maldigo a todo lo que tengo a mi lado. Maldigo a lo que me hizo separarme de ti, y a lo que ahora mismo está haciendo esa función. Maldigo a la vida, al destino; será puto. ¿Por qué está tan jodidamente empeñado en separarme de lo que más quiero? Estoy cansada de que se divierta jugando con nosotros, con nuestros sentimientos, con nuestra relación. Ya no puedo gritarle al viento un te amo, ya que lo llevará a tus oidos, para ponerlo en mi contra. Ya no puedo escribir tu nombre en cualquier lugar; ya que otros te harán creer que no me refiero a ti. Ya no puedo soñar con un futuro a tu lado; ya que el mismo destino me está demostrando que es imposible. Ya no puedo hablar de ti, ya que nunca nadie me escucha. Pero tengo que admitirlo, y me duele. Me duele, me duele estár enamorada de ti hasta las trancas. Porque te amé, te amo, y te amaré, pero del mismo modo, te perdí, te pierdo, y te perderé. Triste regla de tres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario