Y sin ningún miedo me di cuenta de tus mentiras
dejé de creerme tus idas y tus venidas
y a la misma vez comprendí todo lo que me escondías.
Y sin pensarlo, ya sin saber callarlo
calada de boca en la mano
grité como nunca había gritado.
Y lloré, por tanto que luché
y reí, por lo poco que fui para ti
y decidí dejar de fingir.
Con tantas cicatrices por un lado
heridas al otro y malos golpes pasados
lo único que al final hice fue quedarme a un lado,
estancada en ese falso amor que me habías dado.
Ahora solo sé que pretendo olvidar el pasado
que por las noches estoy sola y reviento
por esa sensación de no tenerte en mi cuerpo.
A veces, sueño que nada fue cierto
y es cuando te veo, te siento
sueño con tus labios, tus besos
ese cariño que ya ni tengo.
Y es como si fuera tan cierto
que al despertar no puedo ni aferrarme a lo poco que tengo
que he decidido dormir durante largo tiempo
para así compensar la falta de buenos momentos
para disfrutar un poco más de eso que ya ni tengo.
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