lunes, 1 de octubre de 2012

Eres mi mayor vicio, y no quiero un fin con un al.


Quiero escucharte respirar, morirme al pensar, que quizá algún día te podré contemplar, soñar con amarte y despertar, cada noche entre besos sin parar, con caricias de esas que tanto te quiero dar. No te puedes llegar a imaginar cuanto te llego a extrañar, y como mi corazón no para de palpitar. Quiero recordar lo que vivimos y pensar, que muy pronto volverás, que a mi lado estás, a pesar de que no te pueda tocar. Y quiero acariciarte, besarte sin parar, llenarte de susurros, y posarte en mi estar, amarte hasta no respirar, tocar toda tu piel, palpar, y adorarte una vez más, hacerte incluso suspirar. Demostrarte que lo nuestro es real, que para nada habrá un fin con un al. Quiero sentirte otra vez muy cerca como al final, tu cuerpo contra el mío, tu aroma respirar, sabiendo ahora cuanto te quiero dar, cuanto te debo de verdad. Y quiero amarte una vez más, saber que por siempre a tu lado lo bueno lograré hallar. Que lo nuestro no tenga un fin con un al, que te quiero hasta estallar, y que jamás ya podría vivir sin tus cariños y tus mimos, no quiero más, más que lo que tu me sabes dar. Te debo confesar que gracias a ti ya nada va mal, que estando junto a ti todo me es leal, todo parece cuadrar, que quiero continuar. Que me muero por besar, esos labios, que tanto quiero probar, juntarlos sin parar, conectarlos en un beso que no tenga final, mi rostro ladear, para unir uno con otro, y probar, saborearlos y contactar, una lengua con otra, la mía enredar, la tuya rozar, hasta olvidarnos de que existía una realidad. Pues para mi, no hay nada más real que mi realidad, y mi realidad es que yo contigo quiero estar. Que el tiempo poco influye ya, que una eternidad se queda diminuta para cuanto nos queda por disfrutar. Que mañana campeón, va a ser un día muy especial, y quiero que recuerdes alguna que otra palabra mía, que sonrías al pensar, que te pienso sin parar, que quiero un futuro donde tu vayas a estar, y me da igual abandonar todo lo que era mi realidad para ahora tan solo serte leal. Porque nada me importa ya lo que vino atrás, cuantas malas rachas la vida me hizo pasar, o cuantas sonrisas añorar. Ya nada me importa el qué dirán, tan solo tus palabras, y tus actos de bondad. Tus caricias, tus abrazos, esos besos que me darás. Quiero enredarme en tu cuerpo, rodearlo y perderme de los cuerdos. Llenarte de besos, conocer cada uno de tus huesos. Quiero inspeccionar tu cuerpo, y descubrir que es cual paisaje más bello. Conocer cada una de tus sonrisas, y también la forma de tus caricias, el tono de tu voz, que nunca me digas un adiós. Reconocer todos tus aromas, vestirme con tu ropa. Quiero tanto que te tengo hasta en la sopa. Que siento que los actos se me agotan, que las poesías ya no son capaces de expresarte cuanto me vuelves loca. Que ha pasado un mes junto a ti, pero que quiero que siempre sea así. Que un siempre sea lo mínimo que nos quede por vivir, que nos queden miles de madrugadas por compartir. ¿Sabes qué? Pocas veces sentí lo que hoy conseguiste hacerme vivir, hacerte sentir, emocionarme por ver cuantísimo sientes por mí. Y debo agradecerte el aparecer en mi, en mi ser, el hacer mi corazón latir, el compartir tu tiempo en mi. Debo de agradecerle incluso a tus padres el existir, y estoy segura que en un futuro se lo comunicaré a sí, pues gracias a ellos estás junto a mi, y por esto nunca te dejaré partir.
Puede que quizá no sea fácil, que la añoranza es algo frágil, pero junto a ti seré muy ágil. Nos queda tanto por compartir, que serán millones de versos para tí, de poesía y de metas a escribir. Te narraré una y otra vez lo cerca que estuviste de mi, como te conocí, todo aquello que nunca te decidí decir, cuanto quise hacer cuando tuviste que partir. Y ahora mismo, comienzo a imaginarme que vas a estar aquí, y no puedo hacer más que sentirme morir. Morir de los nervios, de la alegría de que tu te poses en mis melodías, y espero que me revivas. Estoy deseando recogerte en esa estación, gritarte mi amor, y besarte con pasión. Saber entonces que nunca más seremos dos, si no uno, un nosotros, corazón. Felicidades por estos treinta días, gracias por alegrarme con tus manías. Tu manía de darme los buenos días, que tan feliz me hace, y me anima el día. Tu manía de extrañarme, de sentirme. Todas tus manías que ahora yo también he hecho mías, pues nada más estar un segundo sin ti, ya siento el morir. Que sepas, que esto solo es el comienzo hacia un lugar que no tiene fin, que claro que lo viviremos todo como si un mañana no estuviera aquí, pero será porque te quiero sentir, porque cuando te tenga aquí, pienso mostrarte todas las estrellas que un día descubrí, todos los paraísos que junto a ti quiero compartir. ¿Qué más decir? Podría escribir y escribir, decirte una y otra vez que necesito tenerte aquí, que deseo sentirte junto a mi, escuchar tu corazón latir, pero déjame que ya te lo demostraré cuando estemos juntos por fin. Y te vuelvo a decir, como hoy te pregunté a ti:
"¿Dónde has estado el resto de mi vida? Si ahora eres tú quien me da las ganas de sentirme viva."
No quiero un fin con un al, ni darle al terminar, si no sentirte cada despertar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario