miércoles, 15 de febrero de 2012

Estás perdida, este es tu fin.

Se supone que la felicidad es algo verdadero, algo cierto, que en algun cierto instante de nuestra vida experimentamos, o al menos, tenemos el derecho de poder vivirlo aunque sea durante un periodo de tiempo algo leve, como buenos e iguales ciudadanos de este mundo loco y despiadado. Toda persona cuerda y aquella que poco tiene de esto, merece su pequeño instante de gloria, para luego poder encontrar su gran obra estancada en la miseria. La felicidad, algo tan sumamente abstracto como para poder definirlo, y algo tan sumamente improbable como que mañana este mundo deje de girar. Es un sentimiento, una vida, un todo y un nada a la vez; un nada es imposible, un yo puedo con todo. Son animos, ilusiones, sentido para vivir; aunque tambien motivos para morir. Esos mismos motivos que aparecen tras la falta de ese sentimiento tan absurdo llamado felicidad, del cual si quizás tienes suerte, si esa es la palabra adecuada, puedes disfrutar durante un periodo de tiempo variable, entre segundos y años, entre la vida y la nada, o tan solo durante los sueños. Pero como todo lo bueno, y como todo lo malo se acaba, esta se agota, se extingue, justo en el momento que más nos distingue, del mundo, justo cuando llega tu momento, tu decisión, entre el bien y el mal, la justicia o la ignorancia; la oscuridad o la luz, todo demasiado alejado de la felicidad. De un todo a un nada, de cabeza, contra el suelo, el duro, el aspero, ya se acabó. Se acabaron las sonrisas, las risas, los animos, todos aquellos motivos para seguir, para soñar, para existir. Hasta luego, adios despidete antes de que sea demasiado tarde para realmente hacerlo, justo cuando las lagrimas lleguen a tus ojos, el espanto sea mejor que el llanto, cuando un tono rojizo marque toda tu córnea, y lágrimas de fuego que se deslizen por tu piel hasta tatuarla al quemarse poco a poco. Justo en el momento en que todo pasa a gris, para luego mostrar una nueva escala de tonos oscuros desconocidoa para nuestro conocimiento hasta ese justo instante; grises, morados, negros, incluso mezclas realmente bellas si se observaran en vez de vivirlas. Cuando los días te resulten meses, y los meses años, ya será demasiado tarde. Cuando las risas sean tu medicina alternativa, pero demasiado cara como para podertela permitir, justo cuando las sonrisas ya no esten a la venta, y las lágrimas inunden todas tus páginas. Ese será el momento cuando ya habrás olvidado como correr, incluso como caminar, e imitando a una serpiente tratarás de avanzar. Momento en el que los sueños pierden los sentidos, los amigos no son mas que falsas palabras sin sentido. Cuando aprendas como morir en vida, a vivir muriendo, ya ha llegado tu fin. Te has acosntumbraso, lo has aceptado, ya te has hundido, incluso ya te has rendido. El llanto es tu unico alimento, las risas tu absurda medicina, la cual pocas veces consumes. La ignorancia llena todas tus páginas, y el miedo es mucho mas elevado que la confusión. La angustia, la ansiedad, continuos transtornos de personalidad. Ahora si, ahora si que estás perdido. Has entrado en un nuevo mundo, distinto, y realmente incierto. Como drogadicto aficionado a los alucinojenos, tu realidad se a convertido en un nuevo sueño, en algo imaginario, en aquellos dias que nisiquiera recuerdas la existencia del calendario. Encerrado en vida te sientes, las risas tontas las presientes, las palabras, el miedo, las miradas, todo. Ahora has cambiado, ahora nadie logrará aceptarte. Pues la cordura se ha ido, te ha abandonado.

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