sábado, 19 de noviembre de 2011

Adios, pequeñas cenizas.

El día a día, el ayer, el hoy, el mañana, el nunca, el jamás, el puede. Demasiadas palabras, demasiados momentos, demasiados sentimientos, demasiado dolor. Demasiados miedos, fotografias, besos, caricias, recuerdos. Oscuridad, dolor, miedo, impotencia. Orgullo, gritos, falsedad, malas sonrisas finjidas. No soy fuerte, no soy una roca, no soy de piedra. No soy sensible, no soy un cristal, ni tampoco un diamante. Soy yo, yo misma, la de siempre. Soy esa chica, a la cual tanto quisistes. La misma que abandonastes, que dejastes sola, en medio de la oscuridad, del miedo, de la gente, de todo. En medio de un todo y de un nada. Entre la distancia, entre las risas, entre un más alla, entre un infinito. Sola, abandonada, perdida. Perdida en este mundo. Sin mapas, sin guias, sin nada; sola. Estuve perdida, realmente lo estuve. Sin ninguna ayuda, entre baches, obstaculos, heridas, caidas y un millón de lágrimas. Entre miedos, entre sombras, entre voces, gritos, alucinaciones. Y tu no estabas conmigo. No estabas, no estás, no estuvistes. Desaparecistes justo en el momento que más te necesitaba, aquí, a mi lado. Cerrastes tu corazón, las puertas de este; sin dejarme espacio para volver. Borrastes nuestra historia, tus te amos, tu fuerza, tus ganas. Tirantes todos aquellos recuerdos al mar, y los que flotarón, te asegurastes de quemarlos para que desaparecieran por completo. Tirastes estas cenizas lejos, muy lejos, al igual que estoy yo ahora. Lejos, muy lejos, demasiado lejos de ti. Ya no estamos a kilómetros de distancia. Ya no estamos a horas de distancia, ni nada por el estilo. Ahora, es algo más grande, más fuerte. Como si tu estuvieras en una punta del mundo, y yo; en la otra. Como si fuera imposible saltar esas barreras, esa pared que nos separa. Como una gran muralla, entre nosotros. La misma que rompió nuestros sentimientos, la misma que aún sigue, dañando, haciendose más fuerte, más grande, más densa. Ya no hay kilómetros, tampoco hay sueños. Solo hay recuerdos, más recuerdos, y un camino demasiado largo. Como si tú estuvieras en un mundo paralelo al mio; en otra galaxia, en otra dimensión. Es como si nisiquiera existieras. Porque te busco en el viento, entre los kilómetros, la carretera, los sueños, los recuerdos, pero tú ya no estás conmigo. Ya no estás aquí, ya no te siento, ya no me quieres. Ya no me cuidas, ni me das fuerzas, animos, ya no te preocupas por mi. Ya no me deseas, ya no, nunca más. Ya no te tengo, y no, ya no me tienes. Estamos lejos, muy lejos. Y tengo que olvidarte. Debo, quiero, ya está echo. Adios, vida mia. Adios, querido Sergio del pasado. Adios momentos vividos. Adios, ya no eres bien recibido.

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