lunes, 10 de marzo de 2014

Segundas partes nunca fueron buenas.

Lo rápido que se pasa el tiempo y lo poco que te tengo, esas horas de fuego lento. Lo poco que creían que podía ser cierto.

Y ahora estamos aquí, con tan poco que decir, menos discutir: nos hemos juntado tan solo para sentir. Y con los miedos confesados, los sueños en las manos, nos agarramos a lo lejos y nos preguntamos qué nos ha pasado, como en el tiempo pasado esto nos parecía tan lejano.
Y hablo de la falta de tus besos que antes me tenían tan preso, de que ahora ya no quiera nada de eso. Hablo de tu sonrisa, de como conseguías hacerme reír sin prisas y como ahora me sobran tus caricias.


Y como si tuviéramos una cuenta pendiente más cercano nos comportamos como en el pasado, hacía tanto que no me habías besado... Que claro está, decidí olvidar los años avanzados, el frío invierno y lo poco que me habías dado, para entregarte a ti lo poco que yo misma no me había extirpado.
Y que poco cambio el sabor de tus labios, c
uantos recuerdos de antaño; que nos besamos, desnudamos y volvimos fácilmente a donde lo habíamos dejado. Entonces, yo idiota de mi,deposité todas mis ilusiones en ti y en que formaras de nuevo parte de mi.


Noches pasadas, de pasiones andadas, acabaron antes de lo que pensaba: resulta que ese que tanto quería ya no estaba.
Y lo siento, no es por ti, sino por mi, porque por tu culpa dejé de existir. Ahora, no soy más que otro modelo de mi creado para no adaptarme a ti lo que hace que la convivencia nos amargue el existir.
Y, por mucho que mi mayor sueño fuera volverte a sentir, ahora que te tengo prefiero el sufrir.
Y que venga la soledad, mi amante y nadie más, que abra mi triste cuerpo y desgarre mi corazón bien adentro, que todos me den por muerto. 

Que las lágrimas que ahora recorren mi cuerpo desgarren poco a poco lo poco que tengo, y de mi materia solo se quede tu recuerdo. Tu recuerdo de mi en los buenos momentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario