jueves, 5 de abril de 2012

Y de nuevo, tus recuerdos.


Ayer volví a hablar contigo de nuevo. Vale, vale, sé que ya no hablaría más de ti por aquí, ni contigo, tan solo conmigo, pero es el único método que tengo para poder describirte cómo me sentí. Ya no te amo, no, ya tan solo te quiero. Te quiero, mucho, muchísimo, demasiado, hasta el punto de sufrir por ello, hasta el punto de dolerme en el pecho. Pero ya no te amo. Ya no te necesito en mi vida, al igual que tu a mi tampoco. Ya no sueño contigo, ya no sueñas conmigo. Ahora, tengo pesadillas. Pesadillas en las que yo vuelvo, pero tú no vuelves, tú ya no estás conmigo. Y es así, es cierto; tú ya te has ido. Te fuistes, me fui, me perdí y me perdistes. Me dejastes sola, al igual que yo también lo hize. Fui egoista, cruel, asquerosa, y sé reconocerlo. Te amaba, y no supe demostrartelo. Te dejé solo, y a mi misma también sola. Abandoné al mundo, para refugiarme y esconderme de él, de mis miedos, de ti mismo. Fuí una cobarde, y he de reconocerlo. Reconocer que no tengo valor, ni fuerzas, y que apenas valgo nada para ti. Y sí, es cierto, y sí, también es mentira. Soy fuerte, valiente y única siempre que quiera. Simepre que me lo proponga, que luche, pero no en estos momentos. No contigo, ni conmigo. Soy valiente ante el mundo, soy fuerte, luchadora ante la gente. Soy cobarde y pesimista, en todo lo que esté realacionado contigo, y conmigo, con nuestro mundo. Soy yo, y eso no puedo cambiarlo. Ayer, después de estar sin saber de ti incluso meses, pude verte de nuevo. Verte sin verte, maldita distancia que existe. Pude hablar contigo, expresarte mis sentimientos y mis sentidos. Decirte que te extraño, sí, como a un amigo. Cosas ciertas, y muchas mentiras. La verdad, no sabía ni cómo reaccionar. Hay que ser sincero, y yo voy a serlo. Fue bonito, y muy triste a la vez. Pude sonreir, y no hacerlo, y llorar, y ser feliz, y amargada a la vez. Pude recordar, recordar los momentos perdidos en el olvido. También soñar, soñar con nuevos momentos escondidos. Reir, reirme de mi misma, y de mis fallos. Pude ver las cosas de un modo distinto. Ver que ya no estás aquí, a mi lado, que la distancia ha sido más fuerte. Ver que a pesar de todo, aún existe un nosotros. Ver que la esperanza ya es nula, que se ha eliminado. Poder admirar la belleza de un amor escondido. Ví el miedo en tu mirada, tan siquiera sin haber visto jamás tus ojos coincidir con los mios. Ví tu temor, tu temor hacia mis palabras de amor. Ví también el mio, mis miedos, mis reacciones. Soy gilipollas, y lo reconozco. Te puedes creer amor, que nada más verte aquí, de nuevo, conmigo, a mi lado, con toda la distancia encima, ¿no pude hacer más que llorar? Llorar de alegría, de miedo, de ilusión, de tristeza, de felicidad..Yo que sé, solo sé que acabé llorando. Quizás por la emocion, por las cosas imprecisas, por los sueños revividos, la añoranza. Te extraño, y te necesito aquí contigo. Y ya, ya sé que me contradigo. Digo que no te necesito, que ya no te quiero conmigo, pero a pesar de todo, nada se ha quedado en el olvido. Ni tus besos, ni tus palabras, tu risa y tus caricias. Ni los sueños, las ganas, las esperanzas escondidas. Nada ha desaparecido, excepto tu conmigo. Ya no estás, y se supone que yo tampoco estoy. Ya no estoy a tu lado, y sé que ya no me necesitas. Ya no soy nada más para ti, nada más que un recuerdo escondido, sacado de tu mente, borrado, para dejar nuevos espacios. Solo soy otra, otra más que estuvo en tu vida por un tiempo indefinido. Pude ser la princesa, y acabé siendo la rosa marchita. Pude tener el cielo, y ahora bailo entre las puertas del infierno. Pude tenerlo todo, y entre la nada ahora cabalgo. Me quedé estancada, en un mar vacío sin fondo. Y todo por mi, por ti, y por mi absurda gilipollez, por mi inmadurez. Soy una cría, una niña que no sabe apreciar nada. No supe apreciar tu calor, tu cariño ni tu comprensión. Al menos, no supe hacerlo pronto, pero sí tarde. Mejor tarde que nunca, pude abrir los ojos. Pude ver cuantísimo te quería, y cuantísimo sigo haciéndolo. Pude recordarte, y ver que ya no estarás aquí de nuevo. Y se acabó, y se ha acabado. No siento nada por ti, mi corazón tiene que ser neutro y frío. No siento amor, ni añoranza, ni recuerdos, al menos eso es lo que quiero. Solo siento cariño. Cariño por ti, y por lo que hubieramos podido tener. No voy a volver a luchar por ti, no, de nuevo no. No conseguiría nada, y ni tampoco quiero. Quiero que estés a mi lado, como un amigo, como algo más, como lo que tú quieras. Quiero que me ayudes, que todo vuelva a ser como antes. Que podamos sentirnos tras la pantalla, que no exista un yo sin un tú, ni un tú sin un yo. Quiero que nos unamos, que formemos un solo ser, del modo que tú quieras. Con promesas, con palabras o con actos, tú decides. Quiero saber que vas a estar a mi lado, y que no te voy a perder. Como amigo, como hermano, como lo que tu eres. Siendo tu, y yo yo. Sin cambiarnos, sin prisas, sin nada. Siendo yo tu enana. Aquella boba que un día tantísimo quisistes, y la misma por la cual tantísimo sufristes. Sé que ya no sirve de nada, y sirve menos intentarlo de nuevo. Pero las cosas salidas del corazón, nunca están de menos. Lo siento, lo sientes, y lo sentimos. Siento que este cuento, acabara en un frío y amargo destino. Lo siento, ya no estoy contigo. Y más aún lo siento, pues te necesito conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario