El ruido de las sábanas en las que faltas, con la distancia que se me atraganta, tan sola, sin la calma recordando cuanto me dabas, llenándome del cariño que me faltaba.
A mis brazos, malas pasadas, heridas malcuradas, pesadillas desveladas pero cuanto amor me dabas.
Y entre las estrellas me susurrabas cuanto me amabas. Ellas, recelosas a la Luna se quejaban y cómplices te alejaron de mi cuartada. Ahora no me dices nada. El aliento me falta por no tener esos besos que me encantan, pero deberé acostumbrarme al desgaste, a la muerte y al desastre, a que toda mi vida sea un lastre.
Y entre tus brazos falsos esta noche, en mis sábanas, te imagino, a pesar de todo aún estás vivo. En realidad no es más que problemas del destino: de que siempre se aleja de mi todo lo bueno que vino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario